El 15 de enero de 1999 San Francisco no salía del estupor al conocerse el fallecimiento de Daniel Ñañez, un político reconocido en la ciudad, pero también un gran activista social que trabajó en pos del progreso de esta comunidad.

Pasaron muchos años desde aquel día, sin embargo, la imagen de este hombre se mantiene en pie y es recordada por dos espacios específicos: uno un grupo Scout, organización de la que formó parte, y otro una Plazoleta en barrio Vélez Sarsfield.  

Esta semana, tras conocerse el espacio recreativo que se hará alrededor de las vías muertas del ex ferrocarril Mitre, el nombre de Daniel volvió a reverdecer como lo hará prontamente su Plazoleta.

Para llegar hay que dirigirse a la esquina de las calles Deán Funes y Moreno, justo ahí donde actualmente hay solo dos bancos de cemento, una escueta vereda delimitando el territorio, en tanto que un cartel le da identidad al lugar.

¿Cómo nació?

La Plazoleta adquirió identidad propia en el año 2011 a raíz del Proyecto de Resolución N° 049/ 11 elevado al Concejo Deliberante por el Bloque de Unión para el Cambio. De los fundamentos se desprendía que la finalidad era que, a través de la Secretaría de Infraestructura y Servicios, se acondicionara el lugar de acuerdo al programa de refuncionalización de espacios verdes.

En esa época “estaban de moda” los llamados “juegos ecológicos” que hasta hace poco eran muy populares en diferentes plazas de la ciudad, este tipo de infraestructura obedecía a un concepto medioambiental que fue imponiéndose y transformando a San Francisco en los siguientes años.

De acuerdo a ese Proyecto de Resolución, los ediles en aquel entonces dijeron: “Cabe acotar, que esta plazoleta no tiene denominación, por lo cual proponemos a la Comisión Asesora de Imposición de Nombres a Espacios Verdes, evalúe la posibilidad de designarla con el nombre de “Concejal Daniel E. Ñañez”, sanfrancisqueño de trayectoria en el ámbito social a nivel local y nacional, dado que fue un destacado dirigente Scout en nuestro país”.

Entendieron que este hombre merecía un homenaje municipal a su trayectoria política y social que fue muy prolífica a pesar de haber fallecido joven; en este sentido agregaba el escrito: “Es un acto de estricta justicia, que un espacio verde lleve su nombre, por haber sido un hombre de bien y de destacada actuación pública y política”.

 “El que lo conoció va a tener siempre el mejor de los recuerdos", Marcelo Ñañez.
“El que lo conoció va a tener siempre el mejor de los recuerdos", Marcelo Ñañez.

Huella imborrable

La memoria de Daniel sigue intacta para sus familiares que con los años no han dejado de extrañarlo y tenerlo presente. Al momento de su muerte tenía apenas 42 años y dos hermanos lo sobreviven, María Cristina y Marcelo con el cual se llevaban 8 años.

Fue puntualmente Marcelo quien le dijo a El Periódico: “Estaba vinculado con el Vecinalismo, pero tenía un marcado perfil social. Era una excelente persona, siempre pensando en el prójimo, esa fue su meta en la vida”.

A nivel personal detalló que se destacó en general como ser humano, pero también como un “gran padre” y eso hace que a cada momento se lo recuerde: “Él fue un gran ejemplo, un buen padre, extrañamos de él todo lo que siempre hacía por los demás tanto sea en la parte política, lo social en los Scout. Su meta era trabajar por el prójimo”.

La imposición del nombre de su hermano a este espacio verde tuvo un gran significado para la familia porque era una pequeña devolución de la ciudad por la que tanto trabajó y que obligaría siempre a pensar en él lo hubieran conocido o no.

Su hermano añadió respecto al legado de vida de Daniel: “El que lo conoció va a tener siempre el mejor de los recuerdos, no porque haya sido mi hermano, pero él fue una persona de bien. Por eso es bien recordado, cuando me preguntan por él todos te dicen de la gran persona que era".

Siempre emocionado al referirse a su hermano mayor expresó que "de él se extraña todo, con el pasar de los años, uno no es que se acostumbra, pero se termina resignando a que la vida es así”.

Hoy en lugar está prolijo, aunque no tiene juegos, no hay mucha sombra, no obstante, pronto va a cambiar. Si alguien pasa ahora ya observa que las vías están despejadas y seguramente dentro de un tiempo habrá chicos y chicas disfrutando, otros compartiendo el mate y alguno recordando a Daniel.

En los barrios Roca y Vélez Sarsfield, donde pasó el tren habrá un paseo deportivo y recreativo

El Mitre será un paseo

El ex ferrocarril Mitre marcó toda una época en San Francisco, pero los años ’90 trajeron las privatizaciones y la empresa que explota la traza nunca consideró viable usar esta parte de las vías.

La municipalidad, decidió que todo el verde que hay alrededor de este tramo se ponga en valor uniendo a los barrios Vélez Sarsfield y Roca a través de la creación de un paseo donde los vecinos puedan desarrollar actividades deportivas y recreativas.

Dos empresas trabajarán en la construcción de sendas peatonales y un playón deportivo, reacondicionamientos con juegos y estaciones de recreación, a ello se le suma la iluminación. Todo el proyecto tiene un plazo de ejecución de dos meses y una inversión pautada de 22 millones de pesos.

La senda peatonal contará con 1600 metros, contenida por las vías del ferrocarril. Habrá cuatro puntos destacables, dos plazas que “de bolsillo” y dos estaciones saludables, una de ellas con un playón de básquet.

El objetivo final es que por medio de las sendas se conecte este tramo con el Paseo Maipú hasta llegar al camino a Plaza San Francisco donde a su vez sobre Av. de Los Inmigrantes también se realizará una senda paralela.