La frustración, la bronca, el desencanto, la vergüenza por la bochornosa suspensión del Superclásico de las Américas, a causa de un corte parcial en el suministro de energía en el estadio del club Sarmiento, todavía persiste. La voz oficial del gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, en conferencia de prensa, en la mañana de ayer, ofreciendo explicaciones sobre los acontecimientos y la planificación que realizó la provincia para presentarse como sede del partido entre la Argentina y Brasil, difícilmente resulte suficiente para superar el papelón, cuyas imágenes recorrieron el mundo. 

Pero hay algo que duele más. La inversión que el gobierno chaqueño realizó para concretar el partido ya no puede ser recuperada. El Superclásico de las Américas es un evento perteneciente a Full Play Group, que tuvo a su cargo el encuentro en Goiania. Esta vez, la organización del amistoso corrió por cuenta de Chaco y con el apoyo logístico de la empresa World Eleven. Según fuentes de la organización, el costo total del "partido fantasma" alcanzó los cinco millones de pesos, en concepto de cachet para los seleccionados, chárters para el traslado de las delegaciones, seguridad, publicidad para la promoción del encuentro, alojamiento y comida para unas 130 personas (entre las delegaciones y los periodistas invitados), más el asesoramiento que brindó la empresa que se encarga de la comercialización de los amistosos en el exterior. 

Como los derechos de la TV los cobra la AFA, la provincia pensaba recuperar su inversión con un porcentaje de la publicidad estática, el dinero por la venta de tickets y la promoción turística, al tener en suelo chaqueño a la selección argentina y a la brasileña con Neymar. Pero todo salió mal. El dinero de las entradas tendrá que devolverse y la propaganda resultó ser negativa. 

En la madrugada los protagonistas intentaron disimular el fastidio, y algunas voces reflejaron la desazón: los futbolistas, por ser rehenes de una situación incómoda; los técnicos, por no materializar las horas de trabajo y verse impedidos de sacar conclusiones a futuro; los dirigentes, por el desprestigio que envuelve a dos de las selecciones más cotizadas del planeta una desprolijidad de esta magnitud. Ahora será el tiempo de encontrar responsables, de asumir culpas y de entender que un partido de fútbol no siempre debe ser un negocio, una herramienta para ensalzar con propaganda las ambiciones políticas. 

La pérdida de aislación de un cable en una de las torres fue lo que provocó el apagón, según Capitanich. "Estamos armando una auditoría para terminar de identificar por qué no se pudo jugar. Cada una de las delegaciones se llevó una carpeta con todo lo que se hizo para la organización del partido. La iluminación tuvo un capítulo especial. Se trabajó con seriedad. Fue una falla de carácter material. Se pinchó un cable y saltó la llave de fusibles. Es un caso fortuito, de uno en un millón", justificó el gobernador. 

Así, desvinculó de responsabilidad a varios participantes de la organización: 1) la empresa provincial de energía Secheep: su vocal, Marcos Verbeek, dijo que pondrá la renuncia a disposición del gobernador; 2) el chofer del colectivo de la empresa ERSA, con oficinas en Corrientes, pero que también presta servicios en esta ciudad, que conducía el vehículo de la delegación de Brasil que arrastró los cables de uno de los grupos electrógenos, y 3) la empresa encargada del funcionamiento del generador de electricidad. 

Capitanich, que se presentó junto con el ministro de Infraestructura y Servicio Público, Omar Judis, manifestó: "Lamentamos el episodio y lo vivimos con dolor y profunda tristeza. Admitimos la falla, y los errores humanos deben enmendarse". 

En una recorrida por el estadio, la nacion constató que el desperfecto se produjo en un tablero de electricidad ubicado detrás del ingreso de la platea visitante, donde existen tres disyuntores. El del medio se fundió y los cables quedaron inutilizados después de que los bomberos apagaron el principio de incendio con polvo químico. Pero aunque se minimice el problema, encargados del mantenimiento eléctrico confiaron a los periodistas que realizaron la visita que el comienzo del desastre fue el roce del micro en uno de los generadores eléctricos. Este incidente provocó la salida de funcionamiento del grupo electrógeno y el primer apagón; se puso en marcha un segundo grupo, aunque tampoco resolvió el incidente, ya que se repitió el corte de luz. Todo esto, a falta de 1h20m para el comienzo del partido. Con pocas opciones por delante, se recurrió a la red eléctrica de la ciudad, pero el tablero no soportó la sobrecarga y se fundió. El arreglo no era cuestión de unas horas; hay casos que llevan un día y hasta semanas, confiaron los especialistas.