La pericias psiquiátricas y psicológicas realizadas a la mujer de 36 años que profanó una tumba en el cementerio de San Francisco y le cortó dos dedos a un cadáver, dictaminaron su imputabilidad, es decir, que no comprendía la criminalidad de sus actos al momento del delito.

Así lo revelaron fuentes judiciales a El Periódico, luego de los estudios realizados por un médico psiquiatra y una psicóloga del equipo de medicina forense de la Justicia de San Francisco.

Según el informe psiquiátrico presentado, la imputada -por daño calificado- sufría de un severo trastorno mental que le impidió discernir entre el bien y el mal durante la comisión de los hechos, ocurridos en la madrugada del 6 de julio en el sector oeste del cementerio local.

Dichos estudios se habían retrasado alrededor de dos semanas, ya que la mujer proseguía con un cuadro severo de depresión tras el hecho. Tras este dictamen de la Justicia, continuará con asistencia psicológica ambulatoria.

Según fuentes de la investigación, todavía se trabaja para abrir el celular de la mujer y constatar la existencia o no de un supuesto chamán que la habría llevado a realizar un “trabajo” para acabar con sus problemas.

El hecho

Se produjo a las 0:10 del martes 6 de agosto, cuando la Policía fue alertada por una situación sospechosa en el sector oeste del cementerio, entre el “Cementerio Don Orione” y el “Cementerio Ferroviario”.

Según información judicial, en el lugar, los agentes encontraron a una mujer arrodillada sobre una de las tumbas. También, detectaron tierra removida recientemente y la tapa de un féretro abierta, que revelaba el cadáver de una mujer, al cual le habían amputado los dos dedos índices de cada mano.

Con el correr de los días, se conoció que la tumba profanada era de una mujer fallecida de 93 años y que hacía un mes se hallaba sepultada en una fosa al ras del piso.

Durante el arresto, los policías secuestraron varios elementos que poseía la presunta profanadora: una tijera de podar, una pala de punta y un teléfono celular.