Por Nicolás Albera

Jueves 19 de abril, a las 20 horas. Las uñas de más de uno no tienen escapatoria. Sufren el desgarro producto de los nervios que se viven en el edificio de Tribunales de San Francisco. La familia de Lorena Auban, la farmacéutica de Arroyito asesinada en 2007, espera por la sentencia en el bar del lugar.

El diálogo entre ellos es fugaz. Las miradas humedecidas buscan el piso y el techo a la vez. El cansancio los agobia, pero ahí siguen como desde el primer día. Hace un mes que van y vienen de Arroyito a San Francisco con sed de justicia. Pero no les importa ya que llevan cinco años esperando este momento.

Las puertas de la sala donde son juzgados Cristian Bizone, Jonathan Arias y Alberto Flores se abren a las 20.20. Entran los jurados, los periodistas, los familiares de los imputados y también amigos.

Es el momento esperado por todos. Pero el presidente del tribunal, Mario Comes, anuncia lo que la mayoría en la sala no estaba dispuesta a escuchar en ese momento y los llantos contenidos terminan de explotar. En fallo unánime se resolvió que el viudo de la farmacéutica fuera absuelto como supuesto autor del crimen de su esposa. En tanto, Jonathan Arias fue condenado en fallo dividido como autor de “homicidio en ocasión de robo” a la pena de 14 años y seis meses de prisión.

Con su rostro transformado, Estela, la mamá de Lorena grita bien fuerte: “Tienen las pruebas en las manos y las dejan pasar. Son todos unos corruptos”. Oscar, su marido, no encuentra consuelo, lo mismo pasa con sus otros hijos. En el tumulto una de las hermanas de “Joni” Arias protesta: “Mi hermano es un perejil, fue detenido por no tener dinero; si no hay pruebas para condenar al marido tampoco hay para encerrar a mi hermano”.

¿Cómo sigue esto? le pregunto a una mujer que no para de llorar afuera del edificio de Tribunales. “¿Cómo va a seguir?”, me responde y agrega llena de impotencia: “En Arroyito somos buena gente, vamos a seguir reclamando. Esta persona (por Bizone) no va a poder vivir por el resto de sus días”.

El abogado querellante, Gerard Gramática Bosch, se muestra frustrado. Declara sentirse sorprendido por la unanimidad en la sentencia de absolución y anticipa lo que viene: “En primer lugar vamos a esperar hasta el 4 de mayo cuando se lean los fundamentos del fallo. En segundo término lo analizaremos para saber que se valoró y que no. En tercer lugar, dentro de los plazos procesales, ver la posibilidad de interponer un recurso de casación ante el Tribunal Superior de Justicia. Lo ideal sería que resuelva el fondo de la cuestión y no volver a realizar un nuevo juicio. Pediríamos que se revise la sentencia”, dice.

En medio de la locura desatada por el resultado del juicio alguien se acuerda de la principal víctima: la hija del matrimonio Bizone-Auban.

¿Qué va a pasar con la July ahora?”, le dice una mujer a otra, ambas sentadas en la escalinata principal de la entrada al palacio de justicia. Nadie lo sabe.

Claves 

*Alberto Flores fue condenado también a 3 años de prisión por autor de “encubrimiento agravado”, pena que se suma a una condena condicional anterior por lo que deberá estar privado de su libertad durante 6 años.

*El tribunal pidió que continúe la investigación respecto a la tercera persona que habría estado en el lugar del crimen según las pruebas de ADN, sobre Federico, el hijo de “el Calmao” Flores y respecto a la actividad de comercialización de elementos robados que se produce en la Galería Norte de Córdoba Capital.

*Luego de la lectura de la sentencia, Bizone se retiró de Tribunales junto a los dos acusados custodiados por personal policial y de la penitenciaría.

*Lorena Aubán fue asesinada el 23 de junio de 2007 en la ciudad de Arroyito, cuando tenía 28 años. Fue encontrada sin vida dentro de su farmacia.