Romina Guevara, la enfermera que transformó su vocación en servicio comunitario
ANUARIO 2024 / Reconocida por su gran labor en el barrio Parque, fue distinguida recientemente como Arquitecta Social del Año 2024.
Romina Guevara, licenciada en Enfermería y trabajadora del Hospital J. B. Iturraspe desde hace 18 años, fue distinguida como Arquitecta Social del Año 2024 en la XI Gala Anual de Premiaciones del proyecto Arquitectos Sociales.
Reconocida por su labor incansable en el barrio Parque, la suya fue también una de las historias del año en El Periódico. Es un ejemplo de cómo la vocación puede convertirse en un puente de ayuda y esperanza para quienes más lo necesitan.
Además de su trabajo hospitalario, Guevara brinda atención ad honorem en la comunidad. En el centro comunitario La Virgencita, organiza consultas médicas gratuitas y acompaña a los vecinos en su acceso a diagnósticos y tratamientos. “Nací en barrio Parque y, tras estudiar y recibirme, quise volver para ayudar a mi gente. Empecé a visitar casas, a diagnosticar y orientar. Es un asesoramiento sin turnos, directo para quienes lo necesitan”, explicó.
Su pasión por la enfermería nació del legado familiar y de una experiencia personal: la pérdida de su padre por un infarto. “Ahí decidí estudiar esto. Mi papá falleció por no controlar su salud. Hoy, me enfoco en educar y promocionar la importancia de los chequeos”, relató. Durante la pandemia, enfrentó momentos difíciles con pacientes graves de Covid-19, lo que reforzó su compromiso de llevar la salud al barrio antes de que los casos se agraven.
Romina dedica parte de su tiempo a escuchar y orientar a los vecinos. Desde ayudar para que tengan un diagnóstico hasta detectar problemas de hipoacusia en un niño, su trabajo trasciende lo médico: se convierte en una guía que conecta a las personas con el sistema de salud, enfrentando barreras burocráticas y económicas.
“En 2020 me di cuenta de que no sirven los títulos colgados si no estás ayudando a tu prójimo. Por eso, mi mensaje es que todos podemos ser arquitectos sociales. Con un día a la semana podemos cambiar la vida de alguien”, reflexionó emocionada al recibir su premio. Su labor, uniendo profesionalismo y calidez, dejó una huella que inspira a toda la comunidad.