El proceso cívico-militar que se instauró el 24 de marzo de 1976 no sólo estuvo teñido de sangre, desapariciones y muertes. Otro de los ejes de la “Reorganización Nacional” fue la política económica-social que produjo profundos cambios en la estructura de la, hasta entonces, floreciente industria nacional.

Planes económicos de los que San Francisco no se vería exento. Es más, las medidas económicas del por entonces ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz -plan de ajuste con devaluación, liberación de precios, congelamiento de salarios, facilidades para las importaciones, cese de la promoción de exportaciones industriales, entre otras- fueron aplaudidas por los industriales locales en la IV Reunión Regional de Gobernadores realizada en lo que era la escuela Inmaculada Concepción en diciembre de 1977.

Así lo da a conocer en una investigación local la profesora de Historia y magíster en Partidos Políticos Jacqueline Gómez, cuyo trabajo fue titulado: “La última Dictadura Militar en San Francisco. La Intendencia del Capitán y el terrorismo de Estado 1976 – 1979”.

“San Francisco era conocida como ‘La perla del este’ y ese mote se lo había ganado por ser una de las ciudades en ponerle valor agregado a la fabricación de maquinarias y herramientas destinadas al campo. La Fábrica Militar también contribuyó en ese desarrollo debido”, reflejó la docente.

La industria local

“En la década de 1960 San Francisco tenía un desarrollo industrial sumamente considerable. Antes del inicio del Proceso la ciudad había firmado convenios para exportar parte de sus productos, sobre todos maquinarias y herramientas, a diferentes países de Latinoamérica. Finalizado el Proceso, San Francisco se encuentra industrialmente devastada”, consideró Gómez.  

Según consta en la investigación, en la década del ’60 San Francisco reunía 430 fábricas consideradas pequeñas y medianas industrias, que no llegaban a superar un personal de 300 trabajadores. 

En relación a esto vale recordar que por aquellos años había un dicho popular que manifestaba que “en cada garaje de la ciudad de San Francisco había un torno o una fresadora” trabajando en implementos para las industrias.

 Apoyo de los industriales locales

El estudio de la docente revela que el golpe de Estado en San Francisco fue apoyado por Asociación de Industriales Metalúrgicos.

“Este proceso militar también venía a terminar con el sindicalismo, las protestas y las huelgas. El mismo 24 de marzo de 1976 son detenidas en nuestra ciudad 12 personas, en su mayoría sindicalistas o delegados de fábrica, y son trasladados a la Fábrica Militar”, aseguró Gómez.

Eventos

El trabajo recopila que después del golpe, San Francisco va a ser sede de tres eventos sumamente importantes y que reflejaron la cercana relación entre los militares y las denominadas fuerzas vivas o burguesía local. Ellos fueron: la Cuarta Reunión de Gobernadores en el Colegio Inmaculada Concepción en diciembre de 1977;  la celebración provincial del Día de la Industria en 1978 con un acto en la Sociedad Rural y un Encuentro Nacional de Abogados (octubre de 1979, en los Hermanos Maristas).

A la reunión de gobernadores habían asistido el ministro de Economía, Martínez de Hoz; el ministro del Interior, Albano Harguindeguy; los gobernadores militares de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos; además de contar con la presencia del jefe del tercer cuerpo del Ejército, Benjamín Menéndez.

“Ese día Menéndez da un discurso dirigido a los industriales diciendo que ‘como el militar estaba al lado del soldado en Tucumán, el industrial de la ciudad debía estar al lado del obrero’. Le estaba diciendo a los industriales explícitamente que debían vigilar al obrero”, recordó la profesora.

El final conocido

Según los datos aportados por el trabajo de investigación, luego de las desastrosas medidas económicas del gobierno de facto, en 1983 en San Francisco solo quedarían tambaleantes unas 180 fábricas, con una pérdida de entre el 50 y el 60 por ciento de la producción industrial y una tasa del desempleo del 70 por ciento.

Por todo esto concluyó: “La dictadura en la ciudad fue también un golpe económico. San Francisco se perfilaba para ser una de las más importantes a nivel provincial y nacional y el golpe implicó un mazazo a la economía local. Por eso no fue casual que los primeros desaparecidos hayan sido abogados laboralistas y defensores de los trabajadores”.