Se cumplen el próximo sábado cinco años del crimen de Omar Olocco (24), un hecho que aun no encuentra justicia. Su familia tiene un sabor agridulce porque si bien hubo un condenado por el hecho (Mauro Ibarra, 10 años y 8 meses de prisión), todavía –aseguran- queda un cómplice por detener.

El asesinato había tenido lugar la madrugada del domingo 9 de diciembre de 2018. Olocco fue ultimado de un disparo en barrio Acapulco en un intento de robo cuando iba en moto junto a un compañero.

A casi cinco años de lo ocurrido, y con el dolor de una causa no resuelta, Dora Sambade, su mamá, habló sobre ello en La Mañana de El Periódico.

Con dolor en su voz, la mujer recordó lo ocurrido ese día, según pudieron reconstruir: “El sábado se cumplen cinco años de esta terrible noticia. Me avisaron a las 2.45 de la madrugada. Ellos salían de la Calle 5 de Frontera. Cuando suben a la ruta 19, sale Ibarra con su cómplice de barrio Acapulco. En ese trayecto, entre las calles 3 y 5, lo chocan al amigo de Omar, diciéndole que es un robo y que le entregara la moto. El amigo de Omar se resiste al robo, porque la moto era de su mamá, y cuando acelera el tiro le da atrás de la oreja a Omar y lo mata en el acto”.

Dora también recordó que el cuerpo de Omar quedó tirado sobre la ruta 19 unas siete horas a la espera de personal de Policía Científica. “Fue una vergüenza, no nos dejaban reconocer el cuerpo. Fue muy duro, triste, quería ver a mi hijo”, dijo, recordando que ante esa desesperación fue al Hospital Iturraspe a buscarlo aun sabiendo que allí no iba a estar. Finalmente eso ocurrió 48 horas después.

Caso Olocco: su familia sigue pidiendo justicia

La mujer lamentó, además, que nunca le entregaron las pertenencias del joven, pese a que ella le insistió al abogado de ese entonces que las solicite. Y, lamentablemente, no podrá recuperarlas, ya que le comunicaron que como nadie las reclamó, fueron desechadas. “Mi hijo cuando salía, iba bien vestido, él salía con su reloj, su pulsera, su rosario del padre Ignacio que no se lo sacaba más que para bañarse. Te lo digo como madre, mi vida no es la misma. Me hubiese gustado tener aunque sea la billetera o el rosario de mi hijo, pero nada”, confió.

“Era un ser maravilloso”

Dora sostuvo que tras la partida de su hijo su vida no es igual: “Para mí fue muy triste el Día de la Madre. Tampoco quiero que me canten el feliz cumpleaños, no pido nunca más un deseo. Es muy triste. Si bien me mandó un nietito hermoso, que eso fue lo que me dio, vida a su hermana, porque ella no quedaba embarazada, ese bebé me dijo ‘seguí viva’. Pero estos días para mí son interminables, porque me parece que va a llegar en cualquier momento. Nunca lo soñé todavía. Me gustaría soñarlo cinco minutos”. 

El dolor de una madre: la búsqueda de justicia para Omar Olocco

“Omar era un ser maravilloso. Era mi retrato. Él se ponía orgulloso porque yo le decía que él tenía mi mismo corazón de ayudar a los demás. Yo ahora tengo un roperito, pero con él juntábamos ropa y la llevábamos a Bauer, a Josefina, íbamos seis o siete motos y yo me incluía con ellos. Con sus 24 años si me sobraba comida me preguntaba si iba a comer esa comida porque sino cerca decasa había un chico que vivía solo, entonces él le calentaba la comida, iba corriendo y se la llevaba”, agregó.

Y comentó: “Había nonitas en mi cuadra que usaban bastón, yo lo mandaba a hacer un mandado y por ahí Omar demoraba, yo pensaba ‘qué raro que demore’. Resulta que estas dos nonas después de que él muere me vienen a hablar y a decirme que tenía un hijo maravilloso porque siempre le hacía los mandados. Así era Omar. Se quedaba sin para ayudar a los demás”. 

Para sentir que hubo justicia, la familia de Omar pide que detengan al cómplice que sigue libre: “Es lo único que yo pido antes de irme de este mundo. Quiero saber que está adentro”. 

Condenaron a Ibarra por el crimen de Omar Olocco