Gastón Boetto (38) vivió el alta como una nueva oportunidad de vida. Así definió este vecino de Freyre la llegada a su casa, después de pasar casi 20 días internado por complicaciones derivadas del Covid-19.

Boetto empezó con síntomas el 25 de mayo, se hisopó y dio positivo de la enfermedad. Los primeros días los transitó con síntomas leves, salvo por una fiebre que no cedía.

“Ahí en el cuarto día me empecé a sentir mal y me internaron el sábado en el Sanatorio Argentino. Ahí me descompensé, me empezó a faltar el aire y me llevaron al Hospital. En el Hospital estuve internado siete días con oxígeno de alto flujo. Después de los siete días me pasaron a oxígeno común de nuevo, donde me dieron el alta. Me fui a internar de nuevo en el Sanatorio Argentino, donde pasé un día y medio sin oxígeno y pude superar la enfermedad. Y me dieron el alta, estoy en casa”, contó entusiasmado.

Su experiencia, aseguró, le sirvió para ver la vida de otra manera. “Fue emocionante, una oportunidad de vida que me la dieron los médicos, los enfermeros, Dios, la familia, los amigos, el apoyo, porque constantemente me llegaban mensajes. Es una emoción, una satisfacción poder contarlo, porque no todos lo pueden contar. Esta enfermedad te sensibiliza mucho, te da mucha humanidad y te enseña que a la vida hay que vivirla”, dijo.

Seguidamente agregó: “La familia, las amistades, toda la gente que apoya, los médicos, todo el esfuerzo que hace esa gente es impresionante para que uno tenga otra oportunidad de vida. Yo la voy a aprovechar el 100 por ciento”.

El alta y un video emocionante

Este miércoles, al recibir el alta, se vivió una fiesta en la casa de Gastón. Papá de una niña, con su mujer, mamá de otra nena, son padres de dos hijos pequeños, de 1 y 3 años. Todos ellos se ven en un video que se viralizó por las redes sociales en el momento en que lo reciben en su casa.

Pero no sólo su familia y sus amigos estuvieron apoyándolo, sino también sus compañeros de trabajo. “Trabajo en Manfrey, el apoyo también de la empresa, porque Recursos Humanos me escribía todos los días para ver cómo estaba, se movieron todos, es innombrable la cantidad de gente que me apoyó, que me ayudó y que ayudó a mi familia, estuvieron en todo”, reconoció.

Y seguidamente se refirió a la atención y contención por parte de médicos y enfermeros: “Es para sacarse el sombrero, fue espectacular, he llegado a conocer enfermeros por su nombre. La paciencia, la dedicación, los médicos, la motivación que te dan día a día es algo inexplicable, no hay palabras, dan la vida para la salud y para la vida de los demás. Es algo inexplicable”.

Hoy, mejor en su estado, sigue recuperándose, aún con algunas secuelas. “Me puedo mover apenas, por hablar mucho me agito bastante. A esto le va a ir tiempo, le van a ir muchos días hasta que recupere el pulmón porque tuve una neumonía bilateral y los pulmones no quedaron del todo bien. Le va mucha ejercitación pulmonar diaria y dieta, cuidados, caminata”, contó Boetto.

Cerrando su testimonio, pidió empatía: “Que sean conscientes, que esta enfermedad se lleva a más de uno, hay que ser conscientes, si uno es contacto estrecho que directamente se aísle”.

“Que cuiden a los demás, que no se cuiden sólo por uno mismo sino también por los demás, eso es lo importante, cuidar al otro”, concluyó.