La interna de la barra brava de Racing estalló en altamar. El crucero Costa Serena navegaba por aguas brasileñas cuando en el bar del 5° piso se desató una pelea a puño limpio entre unos diez integrantes de la Guardia Imperial, como se conoce a la hinchada del club de Avellaneda. No pasó a mayores. Aunque el asombro se apoderó de los turistas y de la tripulación, que observaban a los barras moverse como escuadrón estrictamente organizados por los pasillos del barco. Todos ellos respondían a Raúl Guillermo Escobar Barrios, alias "Huevo", el jefe de la barra que este año será juzgado por el crimen del hincha de Independiente Gustavo Rivero.

La cúpula de la Guardia Imperial tuvo unas vacaciones exclusivas: se embarcaron al crucero el 7 de enero y regresaron el 16. Navegaron por Angra Do Reis, Ilha Bella, Río de Janeiro, Buzios y Punta del Este. Al llegar a Buenos Aires viajaron directamente a Mar del Plata para colonizar la tribuna en el cl2ásico con Independiente. El costo del crucero fue de 1600 dólares por persona, lo que refleja lo acaudalada que estuvo la recaudación de la barra durante 2012. Según fuentes del club consultadas por LA NACION, la barra se hace de una caja de casi 200 mil pesos mensuales por la explotación de los "trapitos", reventa de entradas y merchandising de indumentaria oficial. Además, la Guardia Imperial vende en la cancha su propia indumentaria, como lo hace La 12, de Boca.

Tras el incidente en el 5° piso, los barras fueron advertidos por el capitán del crucero, Giulio Valestra, que amenazó con bajarlos en Punta del Este y dar aviso a la policía uruguaya. Pero los problemas internos continuaron: hubo otra pelea, en plena madrugada, en el bar central del barco. Tampoco pasó a mayores. En esta refriega no participó "Huevo" Escobar, que fue avisado por la tripulación para que intercediera, lo cual confirmó que se movía como una suerte de jefe del grupo. Según las fuentes del barco, se les bloqueó la "tarjeta Costa" para todo consumo de alcohol. Luego de eso no molestaron más a nadie, pero fueron el comentario del crucero, que estaba poblado con 3700 pasajeros y 1100 tripulantes. Muchos de los pasajeros, asustados, averiguaron en el departamento de Atención al Cliente por la peligrosidad del grupo. Algunos de ellos se quejaron por los excesos de los barras, aunque dijeron que "Huevo" pidió disculpas por los incidentes e intentó mostrarse con cierta educación para no ser desembarcado, de acuerdo con el relato de testigos.

Los antecedentes de "Huevo" Escobar y su gente no son de fiarse. Se mueven libremente por los pasillos del club y la dirigencia los exceptuó del derecho de admisión porque cree tenerlos controlados. Pero "Huevo" es un histórico de la barra y participó durante casi toda la última década en los violentos enfrentamientos por el poder, según escribió en más de una oportunidad Gustavo Grabia en el diario Olé.