Héctor hablaba por teléfono celular fuera del comedor La Tranquera, ubicado sobre Ruta 19, jurisdicción Josefina. Estaba apoyado sobre una camioneta cuando lo encañonaron por la espalda con un arma y le advirtieron: “Quedate quieto o te mato”.

Creyendo que era una broma de un amigo, en el local se celebraba una despedida de solteros, no le prestó atención. Sin embargo, cuando giró su cabeza observó a su alrededor cinco personas encapuchadas y con armas en sus manos. Lo ubicaron detrás de la camioneta, le quitaron la billetera y el celular: “¿Esta plata tenés nomás?”, le preguntaron y sin mediar otra queja le pegaron con la culata de una pistola en la cabeza, lo que provocó además que el arma se dispare.

“Pensé que me habían tirado”, declaró luego Héctor. Le preguntaron “cuántos había adentro” y lo apuntaron hasta que se dieron a la fuga.

De la diversión al horror

Dentro del comedor había unas 40 personas entre los participantes de una despedida de soltero, tres parejas y personal y propietarios del local. Esto no fue un impedimento para que dos de los ladrones entren y los reduzcan.

En el interior el ambiente era jocoso. En el televisor se podía observar la pelea de Roque Juncos, algunos jugaban a los naipes y otros entonaban canciones. De repente uno de los delincuentes, que llevaba un pasamontañas color rojo, irrumpió en la cena por la puerta que da a la ruta, y otro lo hizo por acceso lateral. Este último, armado con una recortada, fue el autor del primer disparo al aire.

¿Broma?

El inicio de la escena no logró sacar de la algarabía a algunos de los comensales, ya que uno de ellos, pensando que se trataba de una broma, quiso abrazar al delincuente que llevaba el pasamontañas rojo. Pero éste le apuntó con el arma y le aclaró: “Esto no es joda; al suelo o te quemo”.

Los tiros al aire se hicieron moneda corriente, mientras tanto los dos ladrones obligaron a los clientes a tirarse al piso y les pidieron dinero y sus celulares.

“Dale, dame la plata hijo de puta que esto no es joda; tirate al piso y dame la guita perro”, vociferaba el de gorro rojo.

Su compañero fue directo a la caja y le disparó en el hombro a Gerardo Bustamante, de 29 años, propietario del negocio. Fue herido de bala pese a que en ningún momento intentó resistirse al asalto.

Huyen por el descampado

Luego del asalto, los ladrones huyeron con rumbo desconocido. Tras ello, entró al local Héctor, a quien redujeron en un principio y escuchaba los disparos que provenían del interior del comedor, lo que lo llevó a pensar lo peor.

Uno de los testigos del hecho contó a El Periódico que “los tipos estaban sacados y dispuestos a todo”. El robo lo hicieron en poco más de cinco minutos, pero para las víctimas ese tiempo resultó ser una eternidad.