Un hombre de 43 años será juzgado por atar a su perra al paragolpes trasero de su camioneta, arrastrarla varios kilómetros y dejarla abandonada y malherida a la vera de la ruta.

El proceso se inició a partir de que una asociación protectora de animales se constituyó en querellante y logró impulsar la causa. La perra, rebautizada como "Poli" (porque fue recatada por policias) sobrevivió y fue dada en adopción.

A las 9.30 del 4 de enero de este año vecinos de la localidad de Palmira fueron testigos de esta situación cruel: una camioneta Hyundai Galloper circulaba a unos 50 kilómetros por hora con un perro atado a su paragolpes trasero según lo publicado por UNO.

La perrita de 2 años por momentos trataba de correr; en otros casos no resistía la velocidad y caía y rodaba. Cuando la Galloper llegó a la curva del barrio Colonia Tracción el conductor la detuvo, soltó al animal que ya casi no se movía, lo tiró en la banquina y luego se fue.

Un patrullero de la Comisaría 28 la rescató y la llevó hasta una veterinaria.

Luego Jorge Mesa, titular de Inspección e Higiene de la Comuna, solicitó la colaboración de la Asociación Mendocina de Protección, Ayuda y Refugio del Animal (Ampara), que llevó a la perra a su refugio y la hizo atender por el veterinario que trabaja para la entidad.

Más tarde la Policía logró ubicar al dueño de la camioneta. El hombre dijo que la perra era suya y reconoció su acción. Su excusa fue que había decidido castigar al animal porque un rato antes había mordido a un niño.

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