Lorena Rosmari lleva una lenta recuperación desde hace un año medio, momentos en que fue brutalmente golpeada en la zona rural de La Paquita. Hace rehabilitación cuatro veces a la semana, debiendo viajar a Brinkmann y a Morteros donde visita a distintos profesionales.

Cuentan sus familiares que las lesiones sufridas fueron graves y hasta le afectaron el habla, que, de a poco, intenta recuperar.

A Lorena la quiso matar una ex pareja suya, Fabián Meurzet (33), quien desde hacía un largo tiempo la amenazaba de muerte a ella y a sus hijos. También la llegó a golpear en plena calle, donde la cruzaba. El hombre quería volver con ella, pero la mujer no quería saber más nada.

Cuentan sus familiares que la atormentaba desde hacía un tiempo largo, después que ella decidió cortar con lo que era una relación extramatrimonial. “Estaba obsesionado con Lorena”, afirmaron.

Meurzet logró llegar a un juicio abreviado a fines de marzo pasado donde lo condenaron a 14 años de prisión. La pena impuesta en el edificio de Tribunales de San Francisco no dejó conforme al entorno de la víctima que estuvo al borde de la muerte.

El Periódico accedió a los fundamentos del caso que fueron leídos semanas atrás y pudo reconstruir la violenta historia.

Viva de milagro

El salvaje episodio ocurrió en la tarde del viernes 18 de noviembre de 2022. Rosmari, que en ese momento tenía 42 años, fue hallada tirada sobre una calle de tierra. Estaba sola, inconsciente y presentaba heridas graves en su cuerpo. Su rostro estaba desfigurado y bañado en sangre, su cuello tenía signos de estrangulamiento con una especie de soga.

A su lado se encontraba la bicicleta con la que volvía de trabajar esa tarde.

Una vecina del lugar que salía en auto pasadas las dos de la tarde vio el cuerpo tirado bajo el sol: “Salía de mi casa en auto junto a mi hija y ella me dice ‘mirá mami, algo se mueve en el camino’. Cuando levanto la mirada veo que un vehículo se marchaba y al aproximarme al lugar vi casi en el borde del camino ripiado a Lorena tirada, acostada boca arriba. Tenía la cara desfigurada”, narró.

Agregó que se bajó del auto para auxiliarla mientras llamaba su marido para que también ayude: “Me fui a la casa de Lorena que está a aproximadamente a dos kilómetros, cuando llegué nadie me atendía. Empecé a los gritos y salió uno de sus hijos a quien le conté. Él llamó a su papá (Fernando Galanzino) y se fueron hasta el lugar. Junto a mi marido la cargaron en un auto y la llevaron a un centro de salud”.

La investigación indica que el agresor la interceptó en el camino y le dio varios golpes de puño y patadas.

Entre las lesiones sufridas se encontraban un traumatismo de cráneo grave con edema, una contusión pulmonar, escoriaciones múltiples pero principalmente en la cabeza, tronco, miembros superiores, espalda y brazo izquierdo, compatibles con una acción de arrastre.

Relación tortuosa

Galanzino, el esposo de la víctima, declaró durante la audiencia que Meurzet molestaba a su familia, sobre todo a Lorena desde hacía unos diez años: “No hice ninguna denuncia ya que me lo pedía Lorena, a mí nunca me amenazó, pero si me decía que cuidara a mi mujer cuando salía a caminar, que me fijara con quién se veía. Mi esposa me decía que no le haga caso porque él era muy exigente, quería salir con ella y ella ya no le daba bola y sostenía que él me molestaba para que nosotros nos peleáramos. Fabián se relaciona con muchas mujeres, pero con mi señora tenía una obsesión”.

Ana Rosmari también reconoció durante el juicio la relación que habían tenido su hermana con Meurzet, la que calificó de violenta: “No sé qué tiempo duró, pero durante la relación que tuvieron siempre hubo hechos de violencia”, confirmó.

También expresó que Lorena no se animaba a denunciar por temor a que él le hiciera algo a sus hijos: “Supongo que ella estaba amenazada. Lo que él tenía con ella era una obsesión, él quería tener una relación con ella, pero ella no quería tener nada con él”, dijo y agregó que la mujer no solo sufrió amenazas y golpes, sino también violencia sexual.

Un llamado de atención previo

Meurzet fue hallado autor material y penalmente responsable del delito de homicidio doblemente calificado en grado de tentativa y coacción agravada. Doblemente porque previamente hubo otro episodio similar que casi le cuesta la vida a Lorena.

Ocurrió el 24 de junio de 2021, en horas del mediodía, también en un camino rural ubicado a 8 kilómetros de La Paquita.

El agresor, a bordo de una motocicleta interceptó la marcha de Lorena quien circulaba en bicicleta. La acusación indica que la agredió físicamente, luego sacó cuchillo y se lo ubicó en la cara a la mujer. Le manifestó que si lo denunciaba, él iba a matarla a ella o a sus hijos.

Reconoció los hechos

Luego de ser intimado en el debate de los hechos por los que se lo acusaba y de detallársele la prueba existente en su contra, el imputado reconoció plenamente haberlos cometido, así como estar arrepentido por lo hecho.

Tal acción le permitió llegar a un juicio abreviado que le sirvió para morigerar la pena. Cabe destacar que la fiscalía de Cámara, la parte acusatoria, había solicitado 15 años y 6 meses de prisión. Finalmente fueron 14.

Malestar por la pena

La pena impuesta al acusado generó malestar en la familia de la mujer agredida: “No estamos de acuerdo con la condena, esa es la Justicia que tenemos en este país. Con las secuelas con las que quedó mi hermana, catorce años de cárcel es una burla”, expresó Ana Rosmari en diálogo con Radio República.

Luego contó que Lorena “se recupera muy lentamente de las secuelas que dejó la brutal agresión” y que la gente los ayuda mucho en las campañas a beneficio que realizan para costear los gastos del tratamiento.

Uno de los problemas actuales de Lorena es el habla: “Para expresarse también usa un abecedario en una madera a través del cual escribe cuando no logramos entenderla. Se comunica de esa manera”, cerró.