Un año atrás, Nicolás Urquía fue noticia por ser víctima de una cuantiosa estafa financiera en la cual, delincuentes le sustrajeron un crédito de 380 mil pesos a su nombre en el Banco BBVA y le robaron el dinero. Pese a que él siempre aseguró que no autorizó la toma del préstamo, la transacción se efectivizó y el joven de 35 años durante más de 10 meses pagó cuotas altísimas que la entidad bancaria le cobraba.

Esta semana, una gran noticia llegó para el empleado de Macoser: el banco le devolvió el dinero que había pagado y le eliminó el crédito que los estafadores sacaron a su nombre.

“Me levante un día y estaba la plata depositada, en la descripción decía devolución de dinero por cancelación de crédito”, explicó Urquía a El Periódico Radio FM 97.1 (Lunes a viernes de 17 a 19).

Si bien la causa judicial avanza en el Juzgado de primera instancia y tercera nominación en lo Civil y Comercial de San Francisco, a cargo de Carlos Viramonte, el hombre se manifestó muy aliviado de la decisión del banco tras meses de reclamos públicos y demanda judicial.

Cansado de no tener respuesta por una estafa, protestó al frente del banco

En julio de este año el juez Viramonte dictó una medida cautelar ordenando que el banco BBVA Francés deje de cobrar las cuotas del crédito a Urquía.

Cabe remarcar que el juicio por este caso está en marcha, por ese motivo Nicolás Urquía comentó que siguen adelante con la demanda civil por daños morales y punitivos. La próxima audiencia será el 3 de noviembre en Tribunales de San Francisco.

Nicolás Urquía, el damnificado.
Nicolás Urquía, el damnificado.

Advertencia a los bancos

En medio del gran crecimiento del ciberdelito, sobre todo a partir de la digitalización de la población en medio de la pandemia de coronavirus, el Banco Central reforzó las medidas de seguridad que deberán tomar las entidades financieras a la hora de otorgar préstamos preacordados a través de canales electrónicos, una de las principales vías de las que se aprovechan los delincuentes que practicar estafas bancarias.

A partir de ahora, los bancos tendrán que corroborar -ya sea a través de llamado telefónico, reconocimiento facial o cualquier otra técnica de identificación positiva- que efectivamente es el cliente quien está solicitando el préstamo que la entidad le tiene asignado de acuerdo a su categoría crediticia.

Como segunda barrera de control, una vez verificada la identidad del cliente, la entidad deberá comunicarle –a través de todos los puntos de contacto disponibles– que su crédito se encuentra aprobado y que, de no mediar objeciones, el monto será acreditado en su cuenta recién a partir de las 48 horas hábiles siguientes. No obstante, el plazo de acreditación del préstamo podrá ser reducido en el caso de recibirse la conformidad del usuario de servicios financieros de manera fehaciente.