La inhalación de monóxido de carbono, un gas tóxico producto del mal funcionamiento de estufas, calderas, calefones, termotanques y cocinas a gas natural, así como del uso de leña o carbón para calentar los ambientes, puede llevar a la muerte, por lo cual la Secretaría de Salud de la Municipalidad de San Francisco, a cargo de Gustavo Klein, informó sobre distintas recomendaciones para evitar intoxicaciones por esta causa.

1) Siempre se deben mantener los ambientes ventilados y controlar el buen funcionamiento de las instalaciones y artefactos de calefacción, ya que se trata de un gas que es invisible e inodoro y no causa irritaciones, por lo que es de muy difícil percepción.

2) Una observación que todos pueden tener en cuenta a la hora de evaluar el funcionamiento de los artefactos para calefaccionar a gas es asegurarse que la llama siempre sea de color azul. Los calefones no pueden instalarse en el baño y un gasista matriculado es quien debe revisar la salida exterior de los mismos y de las estufas. También hay que tener especial cuidado con los grupos electrógenos que funcionan con nafta o gasoil y con los braceros, ya que pueden producir monóxido de carbono.

3) También se recomienda evitar calefaccionar los ambientes con el horno o las hornallas de la cocina y se aconseja apagar las estufas antes de dormir. La mayor fuente de intoxicación es la que produce el uso del brasero, por lo que antes de ir a dormir hay que apagarlo y sacarlo de la vivienda para mayor seguridad.

4) Al inhalar monóxido de carbono éste reemplaza al oxígeno en el torrente sanguíneo. La falta de oxígeno afecta, en especial, al corazón y al cerebro. Los síntomas son dolor de cabeza, vómitos o náuseas, mareos, decaimiento, falta de aire y palpitaciones. A causa de esta situación, la persona intoxicada puede entrar en coma y morir, es por ello que ante los primeros síntomas se debe ventilar la habitación rápidamente, salir del ambiente e ir al centro de salud más cercano para ser atendido. El tratamiento consiste en el suministro de oxígeno.

Los niños, los ancianos, los que padecen enfermedades cardíacas y/o pulmonares, los fumadores y quienes habitan en zonas de gran altitud son los que tienen mayor riesgo de intoxicación.

¿Cómo se produce y cuáles son los síntomas?

La inhalación e intoxicación por monóxido de carbono produce que éste reemplace al oxígeno en el torrente sanguíneo. En consecuencia, la falta de oxígeno hace que sufran el corazón, el cerebro y el cuerpo. A veces, los síntomas son parecidos a una intoxicación alimentaria, un cuadro gripal, un problema neurológico o cardíaco. Hay que tener en cuenta que la inhalación de este gas venenoso puede confundirse con otra patología.

Aunque los síntomas pueden variar de una persona a otra. Los niños pequeños, los adultos mayores, los que padecen enfermedades cardíacas y/o pulmonares, los fumadores y las personas que habitan en zonas de gran altitud son los que tienen mayor riesgo de intoxicación.

El principal riesgo es que en muchos casos la persona no es consciente de los síntomas. Éstos pueden ser:
• Dolor de cabeza
• Náuseas o vómitos
• Mareos, acompañados de cansancio
• Letargo o confusión
• Desmayo o pérdida de conocimiento
• Alteraciones visuales
• Convulsiones
• Estado de coma