El artista plástico y muralista Lucas Abrate, también conocido como "Purpulem", tomó la iniciativa de cambiarle la cara al deteriorado Pasaje Cornaglia -entre Psje. Lisandro de la Torre y Miguel Visconti- en pleno centro de la ciudad, con la intención de volver a “esa motivación inicial del artista, en la que el arte es un propósito, un estilo de vida, una forma de ser”, le dijo a El Periódico.

Según Purpulem, hacía tiempo que soñaba con intervenir ese pasaje, lugar donde 10 años atrás había comenzado a pintar su proyecto “Palabras llaves”. El artista gestionó para trabajar con su arte en el lugar y los propietarios se entusiasmaron con el proyecto y decidieron brindar los materiales.

“Para mí siempre fue un lugar mítico en la cultura del arte callejero -manifestó Abrate-, porque acá empezó todo, nos hemos cruzado varios pintando y es como que lo veía bastante dejado al lugar. Además, este espacio tiene una magia especial y quería ser parte y volver un poco la esencia, a esa motivación que teníamos al inicio, creo que hay un montón de cosas que confluyen en por qué uno hace esto, no hay una sala razón y hay un agradecimiento, unas ganas de dejar huellas, hay algo de militancia de arte, de dejar un mensaje”.

El artista junto a su hija.
El artista junto a su hija.

Una ofrenda a la comunidad

En su trabajo no hay retribución económica, según contó Abrate, sino el deseo de regalar a la comunidad su arte. “En un momento donde la política se comió el arte y a los artistas, es bueno volver a esa motivación inicial, ese agradecimiento por el arte”, subrayó.

El artista reveló que en este caso no realiza su obra con un fin económico: “Siempre tuve muy claro que gran parte de mi trabajo, más allá de las obras que uno vende, esté dedicado a ofrecerlo a la gente. Es decir, bueno, salgo a intervenir una pared porque tengo algo para decir algo para comunicar, soy el medio para ponerlo en esa pared, entonces voy y lo ofrendo”, subraya.

Purpulem explicó que el concepto para este nuevo mural es la danza: “Hace mucho tiempo que pienso en la danza; me inspira un bailarín profesional japonés que sigo en Instagram que tiene un estilo de baile muy particular, creo que lo inventa él y cuando lo vi dije, ‘este tipo es feliz, no puede no ser feliz’. Bailar es el festejo de la existencia. Entonces quise festejar la vida con gente de alguna manera bailando o festejando, porque estoy en un momento que quiero y me siento muy agradecido por un montón de cosas”, aseguró.

Aun el mural no está concluído, según el propio artista la restan alrededor de dos semanas más. Sin embargo, ya se imagina pintando la pared que se encuentra frente a su obra y sueña con que se forme un “con un corredor artístico”.