Faustino Rizzi.
Jefe de Redacción de El Periódico

No es justo decir que la Justicia no hace nada o que el botón antipánico es sólo eso, un botón. Algo hacen, y el botón ayuda. Lo que sí hay que resaltar es que no es suficiente. Que los funcionarios judiciales necesitan comprometerse y trabajar más en estos casos de violencia. Y que la sociedad está demandando a la Justicia y las fuerzas de seguridad otras respuestas. Porque con las simples actuaciones protocolares ya vemos el resultado: hay una mujer muerta y toda una familia destrozada. Y los funcionarios judiciales no ganan el dinero que ganan para decir que simplemente siguieron el protocolo.

Ahora ya está. Con Marita no van a poder resarcir ningún daño, pese a que la mujer se cansó de hacer denuncias y advertir de que estaba siendo acosada. Por mucho que hayan seguido el protocolo, no la protegieron lo suficiente. Tiene que quedar claro: no la protegieron lo suficiente. Su ex pareja la había golpeado. La intentó matar. La acosaba pese a una orden de restricción. ¿No podían ponerle custodia policial? ¿no podían dictarle prisión preventiva a Bongiovanni, en virtud de las denuncias y causas previas?

La Justicia tiene sus procedimientos y actúa con las herramientas que dispone. ¿Acaso con esas herramientas no se le podía haber dado más seguridad a Marita?

Lo que cualquiera con sentido común se pregunta es: ¿tenía que matarla para que se den cuenta de que corría un peligro grave? Aparentemente sí. Por eso quienes fueron responsables judiciales de este caso -que, repito, no ganan dos pesos-, van detrás de una tragedia cuando su trabajo era evitarla.