En el marco del juicio que se le sigue en Córdoba al fiscal federal de San Francisco, Luis Viaut, por gravísimos delitos (pedido de sobornos y tráfico de influencias), sorprendió que en la primera jornada del proceso el pasado lunes tres de los cinco imputados se declararon culpables, reconocieron los hechos de los que son acusados y pidieron disculpas.

Se trata de Víctor Brugnoni, Agustín Panero y Walter Gustavo Fattore. El primero está acusado de cohecho activo (pagar coimas a un funcionario público), mientras que los otros dos están imputados como partícipes necesarios del delito de tráfico de influencias, es decir, de ser partes de la presunta red de sobornos dirigida desde la Fiscalía Federal de San Francisco.

Al reconocer los hechos, los tres imputados dejaron más comprometidos al fiscal Viaut y a su colaborador Darío Fabián Rivarola, ordenanza en la Fiscalía, y quien según la acusación se presentaba como enviado del fiscal y respondía a sus órdenes.

El juicio prosigue este miércoles con dos importantes testimonios: el del dirigente cooperativo Domingo Benso, quien habría sido víctima del presunto accionar delictivo de Viaut; y la fiscal provincial de instrucción de Bell Ville Isabel Reyna.

Panero, que tiene una carnicería en Las Varillas, fue el primero de los acusados que reconoció su culpa y se manifestó arrepentido. En diálogo con La Mañana de El Periódico Radio (lunes a viernes de 10 a 12 por FM 97.1), su abogado Luis Moyano reconoció que el caudal de pruebas era contundente y que le aconsejó a su cliente reconocer los hechos. “Por el consejo mío, manifestó reconocer el hecho tal como se lo está acusando, reconoció el valor de las pruebas, pidió disculpas y está muy arrepentido de lo que ha cometido”, dijo Moyano.

El abogado defensor dijo no coincidir con la calificación legal con la que su defendido llegó al juicio, aunque aclaró que igualmente reconoció los cargos. Y aseguró que Panero y el fiscal Viaut no eran grandes amigos sino que tenían una relación por compartir actividades de pesca juntos.

Moyano consideró que las pruebas ponían a su defendido en una “situación bastante adversa” y que Panero se sentía arrepentido de sus actos, que atiende su comercio en Las Varillas y quería dejar atrás la situación.

Aseguró que no hubo ningún acuerdo previo con los demás imputados para mostrarse arrepentidos y reconocer la acusación.

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Lo que dijo Panero

Fue el primero de los imputados en reconocerse culpable. Tras su confesión, Fattore, que inicialmente no había declarado, siguió su camino y también reconoció los hechos.

“Quería decir que me hago cargo de los hechos y de la causa en que me acusan. Quiero pedirle disculpas al tribunal y estoy muy arrepentido de los hechos por los que me acusan y del daño que he causado. Reconozco las pruebas. Estoy arrepentido de todo lo que hice y pido mil disculpas”, dijo Panero.

La acusación

Según la instrucción de la fiscal federal María Marta Schianni, el 23 de septiembre de 2020, Rivarola -como persona interpuesta de Viaut-, Panero y Fattore se reunieron con Víctor Brugnoni en la localidad de Las Varillas. Allí, Brugnoni les entregó 17.100 dólares por las gestiones realizadas para mejorar la situación procesal de su hijo, detenido en el marco de una causa penal en la justicia de Bell Ville. Esto fue informado por Rivarola a Viaut, que dispuso que el dinero debía ser llevado al día siguiente a su fiscalía para ser repartido. 

La situación, siempre según la acusación, había comenzado un mes antes, cuando por medio de Fattore y Panero, Brugnoni se contactó con Rivarola y Viaut para solicitarles que ejerciesen las influencias que fueran posibles sobre quienes llevaban a cabo la investigación penal en contra de su hijo por el delito de abuso sexual con acceso carnal, que tramitaba en la Fiscalía de Instrucción y Familia del turno 2 de Bell Ville. El 26 de agosto de ese año, Viaut se comunicó telefónicamente con Rivarola y lo puso al tanto de la intención de Brugnoni de abonarles la suma de 250 mil dólares, de los cuales gran porcentaje sería repartido entre los dos y presuntamente un porcentaje mejor serían entregados a Panero y Fattore. También coordinaron la modalidad con la que podrían influir en la investigación penal llevada a cabo. 

Rivarola se encargó de comunicarse telefónicamente con Brugnoni para ponerlo en conocimiento de las gestiones y también para coordinar encuentros presenciales junto a Penaro y Fattore para establecer la modalidad de pago. De acuerdo a la acusación, el 21 de septiembre de 2020, Viaut se comunicó telefónicamente con Rivarola y le informó que Panero había realizado gestiones para cobrarle a Brugnoni una parte de lo que se había comprometido a abonar en función de beneficios parciales que había obtenido su hijo respecto de situaciones que comprometían la causa en la que se encontraba implicado. Ese mismo día, Panero se comunicó telefónicamente con Viaut para consultarle el monto de dinero que debía cobrarle a Brugnoni, y el fiscal le indicó en código la suma de dos millones de pesos.

Según las escuchas telefónicas, Viaut hablaba con palabras como “chorizo”, “tarros”, “lechuga” o “salamines” para referirse a cifras de dinero.

Bajo ese panorama, Panero y Fattore se comunicaron nuevamente con Brugnoni para solicitarle el dinero requerido por Viaut, quien accedió a abonar el equivalente a ese monto en dólares, quedando pendiente una entrega mayor en caso de que lograsen obtener la libertad de su hijo. Posteriormente, ambos hombres intentaron realizar mayores gestiones tendientes a lograr que Brugnoni abonase una suma mayor de dinero, lo que no ocurrió. 

El 1 de diciembre de 2020, a partir de allanamientos ordenados en la causa, se hallaron en la Fiscalía Federal de San Francisco 843.500 pesos y 8900 dólares que serían resultado de las gestiones ilícitas realizadas por Viaut y Rivarola, cuyos teléfonos celulares, desde los cuales coordinaron y gestionar estos hechos, también fueron secuestrados.