Juana cumple 104 años: "Siempre trabajé y dejé los problemas atrás"
Una de las mujeres más longevas de San Francisco festeja desde bien temprano junto a su familia y amigos. "Tengo muy buena memoria y leo mucho", destacó la vecina de barrio El Prado en una entrevista a El Periódico.
Feliz y de muy buen humor. "Pensaron que iban a encontrar una vieja tirada", bromeó Juana a penas entramos a su casa este lunes a la mañana.
Estaba sentada en el sillón pegado a la puerta de entrada, mientras charlaba con su compañera y amiga (Acompañante terapéutica) Marta Amaya cuando la vimos. Luego se paró, agarró su andador y solita se trasladó hasta la mesa para poder hacer la entrevista con la decoración de fondo: "104 años. Quien diría", comentaba mientras la cámara de El Periódico seguía su paciente y firme andar.
"Hoy me siento muy bien, estoy muy feliz porque la gente que me rodea es encantadora", comentó Juan Cerda Pascual, quien nació en España, pero desde muy pequeña emigró a la Argentina junto a su familia.
"Tengo muy buena memoria. Me acuerdo de todo. Desde que era muy chiquita en España, hasta cuando vinimos con mi familia a la Argentina", destacó la abuela que posee una memoria prestigiosa, gran lucidez y le gusta leer mucho.
"Todos los mediodías me gusta acompañar la comida con un vinito", expresó mientras se reía con la complicidad de su amiga Marta.
"Es una mujer que se levanta sola, se viste por su cuenta, hace todo ella. Lo único que hago yo es prepararle la comida de lunes a viernes", cuenta asombrada Marta Amaya.
El secreto de la longevidad
Juana disfruta de su edad porque está muy bien de salud. Una gran memoria, le encanta leer y está muy bien rodeada de sus afectos. "El secreto es que trabajé mucho toda la vida. Y siempre le di para adelante dejando los problemas atrás", remarcó.
“Yo tuve mi marido que era italiano y muchas veces teníamos problemas, él siempre me decía que los problemas hay que dejarlos atrás y hay que mirar para adelante”, comentó, y subrayó que esa es una de las claves en su vida.
“Este hombre me dio una escuela tan hermosa porque era una persona excepcional. Hace muchos años que murió y sin embargo siempre pienso en él”, indicó con nostalgia.
Como si todo esto fuera poco, la abuela comentó que todos los días con la comida toma un vaso de vino con soda. “No importa si es blanco o tinto, mientras sea vino”, expresó entre risas la abuela de barrio El Prado.
Su llegada al país
Juana Pascual Cerda nació el 4 de octubre de 1917 en Murcia, España, pero como les pasó a millones de familias europeas por diferentes motivos eligieron emigrar a la Argentina para iniciar un nuevo camino.
Tenía sólo 13 años cuando llegó a Córdoba capital junto a toda su familia. Su padre falleció al poco tiempo por lo que desde muy joven tuvo que ponerse a trabajar para ayudar a su madre.
“Vine a la Argentina en el año 30, justo cuando había una gran crisis. Se vino mi padre y toda la familia cuando yo tenía 13 años”, recordó.
“Me casé con un italiano que valía oro y en el mundo no hay otro como él. Cuando falleció me puse una pensión para poder vivir. Después mi hija se casó con un muchacho de San Francisco y me vine para acá hace algunos años”, relató Juana.
“Toda mi vida me dediqué a ser ama de casa y trabajé mucho. Siempre estoy alegre. Me gusta San Francisco, estoy muy bien. Mi nieto me protege y mi familia me cuida mucho”, finalizó.