Eline Sandnes (19) es noruega y se encuentra de visita en San Francisco. En una charla con El Periódico contó cuál es el motivo por el cual se encuentra en nuestra ciudad, cuáles son las diferencias culturales entre su país y Argentina y cómo pasará Navidad.

Eline, que es la segunda vez que visita San Francisco, contó que llegó por primera vez para hacer un intercambio de once meses. "Llegué en agosto de 2014 y estuve con tres familias distintas. Empecé las clases en la escuela de campo donde había unas chicas que hoy son mis amigas y gracias a ellas hablo español”, explicó.

Fue la calidez de la gente la que la hizo volver: “Me hice amiga de mucha gente, por eso volví. Antes de irme la primera vez lloré como por dos semanas. Acá es como otro mundo. Sentí que este era mi mundo. Acá la gente es más cálida, te saluda con besos, sentí como que este era mi país”.

La joven trabaja en una organización llamada ‘Coraje’: “Doy charlas en colegios sobre lecciones de ser joven, del futuro. Ahora vivo sola, con una amiga, en otra ciudad donde tengo la oficina”.

Navidad

‘Noru’, como la apodaron, relató que pasará Navidad en la ciudad junto a la familia que la hospeda: “Voy a hacer una torta para que prueben. Después vamos a salir con los amigos”.

“Para nosotros navidad es el 24. Al mediodía comemos con los abuelos y a las cinco tenemos la cena. Cerca de las 20 abrimos los regalos y cerca de la medianoche nos vamos a dormir. Allá no se sale ni hay boliches. Año nuevo es distinto, ahí sí nos juntamos con amigos. Allá hace frío, es invierno, ahora está haciendo 10 grados bajo cero”, explica.

Joven noruega que estuvo de intercambio volvió a pasar las fiestas en San Francisco

Mal trago

En sus dos semanas en la ciudad, Eline fue víctima de un arrebato. “Fui sola cuatro cuadras y escuché una moto pero venía pensando en otra cosa. Uno me agarró la bici y el otro me arrancó la cartera. Nunca pensé que me iba a pasar. Allá pasa pero no como acá. Me dio mucho miedo”, contó.

Anécdota

La joven asegura tener “un amor por la gente, porque es más cálida. Una experiencia que tuve es que fui a la dentista y mientras esperaba, una mujer al lado me empezó a hablar y yo quedé sorprendida porque allá no te hablan, están todos mirando sus celulares. Y me contó que una vez vino un alemán a su casa y después de hablar me di cuenta que al hermano de ese alemán yo lo conocía. Fue curioso”.