Numerosos informes demuestran que uno de los sectores más perjudicados por las medidas económicas que implementó el Gobierno de Javier Milei es el de las personas jubiladas y pensionadas, que desde hace años subsisten con haberes insuficientes para cubrir necesidades básicas. No solo porque desde que asumió la administración libertaria les bajaron en términos reales sus ya magras jubilaciones y perdieron poder de compra, sino que además en las últimas semanas les volvieron a recortar la lista de medicamentos que eran cubiertos en su totalidad por el Programa de Atención Médica Integral (PAMI), por lo que ahora tendrán que afrontar un mayor gasto en fármacos.

También, esta semana el presidente Milei vetó en forma total la ley de reforma de las jubilaciones que compensaba con al menos un 8,1% de aumento para que no perdieran tanto frente a la inflación, argumentando que pone en peligro el equilibrio fiscal de un programa económico que todavía no muestra los signos de recuperación que el presidente anuncia en sus largas sesiones de redes sociales.

Es cierto que Milei ya había anunciado en su campaña que recortaría el gasto en jubilaciones y aplicaría “motosierra” en otros organismos estatales para bajar el gasto público, pero el golpe al bolsillo que tiene el recorte de medicamentos trae serias consecuencias en este sector de la población, pese a los esfuerzos del Gobierno por minimizarlo. 

Cambios: menos descuentos

Sin dar mayores explicaciones que la baja del gasto público o un presunto abuso de adultos mayores y sus familias en el retiro de medicamentos por el PAMI, la obra social de los jubilados anunció la modificación del esquema de cobertura, por lo que gran parte de los remedios que contaban con un beneficio total ahora sólo tendrán una cobertura del 40% al 80%.

En concreto, el PAMI le retiró la cobertura total a 44 drogas que eran de uso habitual (ya había hecho lo mismo en junio con otras 11), como antibióticos, corticoides, antidepresivos, antiparasitarios, suplementos o vasodilatadores, entre otras. Además, muchos medicamentos que los afiliados podían llevar con descuentos del 50% al 80%, fueron relegados a la categoría de "uso eventual", con menos descuentos. 

Ahora, solo quedarán con descuentos del 100% aquellos remedios de enfermedades crónicas o tratamientos especiales, como los oncológicos, hipoglucemiantes, insulina, tiras reactivas y antirretrovirales. Y eso al menos por ahora, porque no se descarta que se reduzca más la cobertura actual.

Por su parte, las personas afiliadas que no puedan abonar los copagos de estos medicamentos podrían acceder a un subsidio social para obtener más medicamentos con cobertura total, pero cuyos requisitos ahora también se incrementaron y que obliga a numerosos trámites.

Según lo informado por el PAMI, ahora hay un 40% de descuento para medicamentos de uso eventual o temporal para tratamientos cortos; 50% a 60% para remedios de enfermedades agudas que tienen un final de tratamiento establecido; y un 50% a 80% para medicamentos para patologías crónicas sin final establecido.

Menos descuentos, más aumentos

Pero los recortes no se terminan ahí. Nora Gagliano, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de San Francisco, explicó que para aquellos medicamentos de uso eventual con cobertura al 40% el descuento ya no se aplica sobre el “precio Pami” en las farmacias, que a su vez ya era aproximadamente un 40% más barato, sino que ahora es sobre el precio de lista, por lo que el descuento final será sobre un monto mucho mayor. Es decir, por el PAMI ahora tiene menos descuento sobre un fármaco que también ahora es bastante más caro.

Sumado a esto, la provisión de medicamentos por el PAMI pende de un hilo por la abultada deuda que mantiene el organismo nacional con las farmacias, que si no se regulariza en las próximas semanas podría derivar en medidas drásticas que perjudicarían nuevamente a adultos mayores. 

Somos las farmacias las que estamos financiando el sistema. Se caen las ventas y la situación está bastante complicada para todos”, indicó Gagliano. 

Así, si una persona debe destinar un porcentaje mayor de su escaso ingreso ingreso por la jubilación para afrontar más gastos en medicamentos, directamente tendrá menos dinero para otras necesidades, como la alimentación o los servicios; lo que representa una nueva carga económica para una población que ya viene sufriendo los embates de la inflación y la pérdida del poder adquisitivo. 

Directo al bolsillo 

Gagliano mostró su preocupación por los cambios aplicados, que reduce la cobertura; y también por la situación de las farmacias ante la deuda del PAMI. Si bien consideró que es necesario que se apliquen controles sobre los medicamentos que se retiran de forma gratuita, cuestionó que la decisión haya sido directamente quitar la cobertura para todos los casos. “Podría haberse regulado, es más lógico que se controle a que se quite. Quien llevaba un antibiótico o una crema y lo usaba normalmente, ahora tiene que pagar”, fundamentó.

“Había muchos antibióticos, suplementos de calcio o antivirales y todo eso pasa a un 40%, entonces al jubilado se le hace más difícil. Ya era complicado, pero ahora todavía se le hace más difícil”, graficó.

Gagliano también describió situaciones concretas en las que los jubilados se ven sorprendidos por estos cambios. “Me pasó varias veces que un jubilado venía a comprar un medicamento, se autorizaba la orden y el afiliado te decía ‘bueno, chau’, y uno tenía que pararlo porque debían abonar y se sorprendían”, contó.

Además, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos subrayó la necesidad de una mayor coordinación entre profesionales de la salud y farmacias para encontrar soluciones que beneficien a los pacientes más vulnerables. “Siempre digo que los farmacéuticos deberíamos trabajar más juntos con los médicos, odontólogos y profesionales para analizar cómo podemos solucionar esto para los que más necesitan”, expresó.

Además, advirtió que muchos otros fármacos demandados, como los de la familia de los prazoles, han pasado recientemente a ser de venta libre, lo que significa que ya no tienen cobertura de obra social, aunque en casos el PAMI los reconoce con un porcentaje de cobertura.

“Hay pacientes que son polimedicados porque, por ejemplo no sólo usan para el corazón, sino que necesitan también un protector gástrico que ahora son de venta libre, o sea que tienen que pagarlo”, ejemplificó.

La farmacéutica subrayó que la población tiene alternativas a las marcas comerciales que les son recetadas, que muchas veces son más económicas y cumplen con los mismos requisitos de calidad. “Por ejemplo, un jarabe que puede costar 19 mil pesos, tenés una opción de la misma droga y cantidad que puede costar unos siete mil. Le va a hacer el mismo efecto. En la farmacia lo que hacemos es darle todas las opciones, siempre dentro de lo que prescribe el médico, para que la persona se vaya con su tratamiento”, finalizó.