Gabriel Romero tiene 47 años, pero recuerda con claridad como siendo apenas un niño de 12 escuchaba con asombro la potencia y sonoridad de Sumo, la banda de rock nacional que lideraba el extrovertido Luca Prodan.

Lo que nunca pensó es que 30 años más tarde se subiría a un escenario tratando de emular, respetuosamente y a su manera, al desaparecido músico en una banda tributo local bautizada Viejos Vinagres, que este 2022 tuvo un gran año con numerosas presentaciones y siendo soporte de prestigiosas agrupaciones a nivel nacional.

Pero la historia de Gabriel no transcurre solo en el mundo de la música, sino que es todo un personaje de San Francisco. Trabaja en una metalúrgica, es padre de tres hijos y abuelo de cinco nietos y durante los fines de semana es vendedor ambulante de pastelitos que él mismo arma y fríe, para luego ofrecer al público en un puesto fijo que ha elegido hace muchos años en una esquina de la “Costanera”.

La música, de pequeño

Romero aprendió sus primeros acordes de guitarra de la mano de su papá, Nelson, un folclorista oriundo de Laspiur que incentivó a su hijo hacia el cariño y la pasión por la música.

Sin embargo, “el pela” -como le dicen a Gabriel- no siguió los gustos de su padre en cuanto a preferencias musicales, sino que se inclinó por el rock: “Era chico y recuerdo que con Duran Duran empecé a escuchar rock internacional y después descubrí el tema ‘Los viejos vinagres’ de Sumo y me impactó, ahí empecé a seguir lo que hacía la banda”, recuerda.

Gabriel, el hombre que encarna a Luca Prodan en San Francisco

Comenta que tomó clases particulares con “el señor Santiago ‘Tato’ Grangetto, que también me tiró unos tips muy interesantes para la viola” y agrega: “Con el canto siempre fui autodidacta hasta que me tocó estar al frente de una banda de blues, se fue un cantante y tenía la voz bastante potente. Cantaba seis temas y quedaba disfónico, así que tomé clases de canto con la señora Rossana Pampiglione que me ayudó muchísimo, eso fue un antes y un después en mi canto”.

Su primera experiencia musical fue promediando los 16 años con un grupo que se llamaba Amén y que tocó como banda soporte en un concierto que Jairo dio en la Plaza Cívica en el marco de un acto radical, a fines de los 1980. “Hacíamos temas de los Guns N' Roses, de Los Redondos, teníamos un varieté.  Siempre en bandas de rock, aunque incursioné también como guitarrista de cuarteto pero fue muy fugaz ese paso”, asegura.

También formó parte de la recordada Pentatónica Blues Band, conoció al reconocido baterista local Beto Illusi, quien sería uno de los promotores de Viejos Vinagres.

El pastelero de la “Costanera”

Durante varios años, por cuestiones laborales y de la vida, Gabriel estuvo alejado de la música. Incursionó en la venta de pastelitos en la “Costanera” de San Francisco, en la esquina de Cervantes y avenida de la Universidad, donde todavía despliega su puesto.

“Lo de vender pastelitos nació en una época de necesidad económica -refiere-, fue una idea que salió en ese momento con mi pareja para para afrontar la economía del hogar y nos salió bien, lo hicimos muchos años”, destaca.

Y añade: “Hemos hecho pastelitos para comercios, para escuelas, para instituciones; aunque es bastante trabajo, te da un rédito económico. Y los fines de semana hago sí o sí. Me conocen con el pastelero de la Costanera”.

Según Romero, se trata de una tarea que hace los fines de semana y por pedido de sus clientes: “De lunes a viernes estoy bajo relación de dependencia y aunque corté por un tiempo volví a hacer los pastelitos por la demanda de la gente, sobre todo esos días de lluvia se acuerdan del pastelero”, dice entre risas.

“Después dio la casualidad de que Beto cuando formó Viejos Vinagres, una primera formación, se desarma porque se van a vivir a distintas ciudades. El bajista era el que cantaba también, se quedan sin cantante y sin saxofonista, entonces ahí ingresamos algunos elementos nuevos”, completa.

Gabriel, el hombre que encarna a Luca Prodan en San Francisco

Convocatoria

Viejos Vinagres hizo su debut solamente para presentarse en un Llenate el Mate de Rock en 2015, pero la aceptación fue tan buena por parte del público que sus integrantes decidieron continuarla esporádicamente.

En 2019 y tras algunas salidas, Beto Illusi -baterista y uno de los impulsores del grupo- convocó a Gabriel para sumarse: “Me preguntó si me animaba a ponerle la voz a una agrupación que hacía temas de Sumo, no dudé y dije que sí”, comenta riendo.

- ¿El look pelado lo hiciste por la banda o ya venía así?

- En un tiempo tuve el pelo largo, es más, recibí el sobrenombre de “Axel” por Axl Rose porque era muy fanático de los Guns, hacía algunos temas de ellos. Después, el paso del tiempo hizo lo suyo con mi cabellera, decidí pelarme. Me compré la maquinita y listo, pelado (ríe). 

- ¿Qué te dice la gente al ponerle el cuerpo a un personaje emblemático como Luca?

- La gente se mimetiza muchos en los shows y te lo hace sentir. Siempre decimos que no somos imitadores, pero sí que hacer los temas de Sumo requieren ciertas cosas que te hacen acordar al cantante de Sumo y uno juega un poco. Yo digo que el espíritu de Sumo está ahí con nosotros y la gente por ahí entre la música, la puesta en escena, las cosas que uno hace, también los siente. Y hemos vivido cosas increíbles con la gente estos años.

- ¿Se puede contar?

- (Risas) Pero sí, cosas increíbles como como bajar del escenario y que haya gente que realmente conoció la banda Sumo, que pudo verla en vivo, sabe de su música y entonces al ver nuestro show nos han dicho que los remontamos a ese tiempo. Se te acercan, te abrazan y te piden fotos y uno no está acostumbrado a eso. Incluso que nos siga gente joven o que vayan familias a vernos, eso es espectacular.

2022, “redondo”

El año que se escurre fue “muy productivo” para Viejos Vinagres, según entiende Gabriel. Y es que la banda tuvo numerosas presentaciones en distintas provincias, fue telonera de Pier en San Francisco y tocó por primera vez en el centro Cultural “La Casa de Luca”, en San Telmo, Buenos Aires -la que sería el último domicilio del fallecido líder de Sumo-.

“Es raro que la gente responda de esta forma a Viejos Vinagres, un tributo de Sumo, porque digamos que no fue de lo más masivo en su época, era más un grupo reducido de gente que los escuchaba y los seguía. Es todo un misterio pero también una alegría también que el público recuerde a Sumo por medio de nosotros”, manifiesta el cantante.

- ¿A qué le atribuyen esta convocatoria que están teniendo en muchos lugares?

- Creo que más que nada es una alegría interna nuestra y es que somos mucho corazón dentro de la banda. Amén de los talentos naturales que tiene cada uno, la banda suena bien porque le pusimos muchas ganas y nos gusta de realmente lo que hacemos y no pasa por el cantante, el saxofonista o por el guitarrista, sino que el conjunto de los cinco hace que suene bien, me gusta pensar que captamos algo del espíritu de Sumo.

LO QUIERO YA - SUMO por Viejos Vinagres

Frases

“Me considero un personaje con algunas vetas particulares, en cuanto a mis sentimientos, en algunas formas de pensar, pero voy por la vida normal, siendo Gabriel Romero, el pastelero”.

“Esto lo hacemos como un hobby que amamos y si bien nos da algo de rédito no vivimos de esto. Pero si respetamos mucho lo que hacemos y al público que nos acompaña”.

“Para el 2023 tenemos varios proyectos como banda, pero no puedo adelantar nada”, se excusa Romero.

Viejos Vinagres está conformada por Gabriel Romero (voz y guitarra); Pablo Gudiño (saxo y coros); Marcelo Cesca (guitarra y coros); Guido Kiss (bajo) y Beto Illusi (batería).