El cantante sanfrancisqueño Mario Héctor “Poly” Panero falleció en el mediodía de este sábado a los 52 años en su vivienda de barrio Roca. El músico, exponente destacado de la cultura popular de San Francisco, principalmente del folclore, dejó de existir aparentemente a causa de un infarto.

"Poly", tal era su apodo que fue autoimpuesto desde la adolescencia a partir de un hincha famoso de San Lorenzo, club del que era fanático, le había brindado una nota a El Periódico en julio pasado donde contaba parte de su vida como folclorista pero también como remisero de profesión.

Si bien inicialmente iba a ser velado en la sala de Di Monte, finalmente sus restos serán velados este sábado en el Superdomo a partir de las 19.

Reconocido y admirado

Panero era muy querido en San Francisco y toda la zona, especialmente en el ambiente del folclore. Siempre estuvo dispuesto a colaborar en cuanta peña solidaria se lo pidiera. En los últimos tiempos había lanzado su propia peña, que convocaba a una gran cantidad de público. 

En 2019 había tenido serios problemas de su salud y llegó a estar muy grave tras una infección en una de sus piernas, por lo que pasó dos meses internado. Afortunadamente pudo reponerse y con el tiempo volver a los escenarios. Bajó de peso y, según contó, para él fue como empezar una nueva vida.  

“Después de esto mi vida va a cambiar. Pasa que hasta que no tocás fondo no te das cuenta lo que te pasa y hoy con la ayuda de Dios y de la Virgen, que soy muy creyente, le voy a meter un cambio muy grande a mi vida para disfrutar hasta donde Dios quiera”, había contado en una entrevista con este medio.

Mario fue el menor de tres hermanos -Jorge, el mayor, y Marcelo-, todos hijos de Juan Bautista Panero, ex empleado de EPEC, y Alcira Anunciación, ama de casa, ambos ya fallecidos.

Vivía sobre calle Belisario Roldán al 1000 (entre José Hernández y Lamadrid) y siempre consideró al club Antártida Argentina como su segunda casa. Y que casi todo lo que aprendió de música lo hizo solo, sacando de oído, luego de que inicialmente un compañero trabajo de su papá le enseñó lo poco que sabía del instrumento: “Siempre digo que lo que aprendí de guitarra fue como un embarazo, porque fueron solo 9 meses de clases y después fui aprendiendo solo, escuchando en el tocadiscos las canciones, viendo a los demás y andando, todo de oído”.

"La gente siempre me respondió, estuvo ahí desde el principio. Si tengo que decir algo del público es solamente agradecerle, porque siempre en cualquier evento donde voy a tocar me responde con un cariño y de una manera especial", reconoció en la última entrevista con este medio.