El 8 de noviembre de 2010, el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, declaró ante la Justicia que le pidió directamente al jefe de la Armada, Emlio Massera, por la aparición de los sacerdotes jesuitas Orlando Yorio y Francuisco Jalics, desaparecidos en la última dictadura. "Massera, yo quiero que aparezcan", contó el ahora papa que le reclamó al represor.

A continuación, la transcripción del testimonio de Bergoglio ante el Tribunal Oral Federal 5 como parte del juicio oral y público por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), ante preguntas realizadas por el abogado y ex diputado nacional Luis Zamora.

-Después de conocer la noticia (del secuestro), ¿qué hizo?

-Me empecé a mover, a hablar con sacerdotes que suponía que tenían acceso a policías. Nos movimos enseguida.

-¿Obtuvo alguna información diferente a la que le habían brindado en un primer momento?

- Me confirmaron lo que había pasado y que no sabían dónde estaban. Después empezó a decirse que habían sido efectivos de la Marina, a los dos o tres días. Pero confirmaban la detención y que no se sabía dónde estaba.

-¿Trasladó la noticia? ¿La puso en conocimiento de la jerarquía eclesiástica?

-A todos los miembros de la compañía de Jesús, inmediatamente. Y recurrí al arzobispado. Era un domingo, así que el lunes o martes. También a la anunciatura apostólica.

-A los pocos días dijo, supo que había sido la Marina.

-Se comentaba. Vox Populi. Te traen datos. Parece que fue la Marina. Incluso los que iban averiguando, preguntando, apuntaban allí.

-¿Eso motivó a alguna gestión diferente?

-Sí, de hecho me reuní dos veces con el comandante de la Marina en ese momento (Massera).

-¿Recuerda qué información o qué respuesta le dio?

-La primera vez me escuchó y me dijo que iba a averiguar, porque no sabía. Yo le dije: "Mire, estos padres no tienen que ver con nada raro". Quedó en contestar. Como no contestó, al cabo de un par de meses pedí una segunda entrevista, mientras hacía otro tipo de gestiones. Era casi seguro que los tenían ellos. Digo casi porque la seguridad total la tuve cuando ellos me lo contaron. Ahí la entrevista fue muy fea. No llegó a los diez minutos.

-¿Qué recuerda de esa entrevista?

-Él me dijo: "Bueno, mire, lo que pasa es que yo ya le dije a (Adolfo Servando) Tortolo (presidente del Episcopado)...". Y yo le dije: "Mejor dirá a monseñor Tortolo, ¿no es cierto?". "Bueno, sí". "Bueno, mire Massera, yo quiero que aparezcan".