El Polideportivo social de San Francisco, un lugar donde la pelota nunca se enfría

Dos arcos han quedado desnudos y solos en barrio Parque después de mucho tiempo de ser peloteados cientos de veces al día por los chicos. Ese fue durante años todo el acondicionamiento que tuvo la “canchita” de esta zona de San Francisco.

“Antes íbamos allá a la canchita a jugar”, dijeron al pasar unos chicos que estaban en el medio de un partido en el playón. Su diagnóstico sobre el cambio de lugar fue excelente: “Acá es mucho mejor, nosotros siempre venimos porque somos de acá, del barrio”.

Con frases cortas y mucha urgencia después de responder se dedicaron a seguir dándole a la pelota, pero esta vez más concentrados porque había público alrededor.

Desde mayo los chicos se vuelcan cada vez más al nuevo Polideportivo para jugar. Ahí están bajo techo, sin piso de tierra y en una cancha que fácilmente puede servir para realizar otros deportes o juegos. Además tiene buena luz, algo con lo que antes no se contaba.

Los lunes y jueves por la tarde Maximiliano Romero va hasta calle Resistencia y Ramón J. Cárcano a buscar los elementos para dar clases en el marco del Taller de Iniciación Deportiva. Esta fue la primera actividad que se impulsó desde la Dirección de Políticas Sociales y la de Deportes para incentivar otros usos del Polideportivo.

De casa al playón

El apoyo que le da la Municipalidad en este caso consiste en todo el equipamiento necesario para desarrollar la práctica de diversos deportes. Es por eso que cada clase primero hace un alto en la “salita” de la esquina de la plaza de la Cooperación para acomodar todo.

Del otro lado, en el playón ya es habitual que lo esperen un promedio de siete alumnos que se inscribieron al Taller. Este espacio de aprendizaje y juego está pensado para todos los niños y niñas de 8 a 14 años que viven en la zona.

Romero contó a El Periódico en qué consiste la propuesta para la que fue convocado: “En el Taller les vamos mostrando diferentes deportes, empezamos con basquet, después vamos a seguir con vóley, handball, fútbol. La idea es que ellos vivencien los deportes y después, si les gusta alguna actividad, puedan ir a un club en particular, a alguna institución a desarrollarlo”.

El profesor destacó el interés que tienen los chicos en aprender y que asisten de forma puntual todas las tardes de lunes y jueves de 18 a 19.30. “Trabajan bien, son respetuosos y quieren aprender, valoran mucho todo lo que uno les brinda", subrayó.  

Durante muchos años el lugar donde ahora está el Polideportivo no era más que un campo sin césped con dos arcos, mucha agua cuando llovía y una plaza que parecía olvidada por el tiempo. En los últimos meses el aspecto cambió rotundamente y dejó de ser un lugar de paso para convertirse en una parada donde se puede jugar, aprender deportes, hacer amigos y juntarse a disputar un partido donde todos ganan.