Yamila Giordano (36) es una una mujer de San Francisco que padece pioderma gangrenoso, un trastorno poco frecuente que provoca la aparición de llagas grandes y dolorosas en la piel. Para poder realizarse nuevos estudios y tratarse debe viajar a Buenos Aires. Pero al no tener obra social, necesita reunir 500 mil pesos, por lo que lanzó la venta de una rifa que sortea este 11 de marzo por Lotería Nacional.

Sus padecimientos comenzaron en abril de 2016, luego de una cesárea en la que nació su segundo hijo. Si bien el parto salió bien, a la semana empezaron los problemas.

"Se me empezó a abrir la herida de la cesárea y me dejaron cuatro meses sin tratamiento, lo cual hizo que se infectara. Me derivaron de urgencia a un infectólogo a Córdoba y ahí empezó el calvario", contó la mujer.

La mujer ya lleva 10 cirugías de distinta índole, una de las cuales requirió 45 puntos de sutura: "En una me abrieron de punta a punta. Pasé por diez cirugías hasta que un médico en Córdoba me dijo que ya no se podía operar más y me derivaron al Hospital Italiano de Buenos Aires".

En este centro de salud pudieron llegar al diagnóstico: pioderma gangrenoso. "Es una enfermedad que la voy a tener de por vida. Se trata con una medicación que son dos vacunas  por mes que se colocan en la panza. Los efectos son terribles, son como los de una quimioterapia. Me colocan las vacunas y a las 24 o 48 horas empiezo con vómitos, diarrea, no me puedo levantar de la cama. Esto es todos los meses, cada 15 días, de por vida", lamentó Giordano.

Efectos colaterales

Pero a la mujer no solo la aqueja esa enfermedad, sino que a causa de tratarse con corticoides desde hace tres años, el cuadro se complicó: se le sumó un tumor en el hígado, un tumor en el ovario, tres úlceras estomacales y una insuficiencia suprarrenal.

"Esto hace que me desmaye dos o tres veces por semana. Me descalcifiqué, así que se me cayeron casi todos los dientes; me caigo y me quiebro de la nada. Hace unos días me desmayé y me quebré la muñeca. Tengo el fémur quebrado, hay que poner un un clavo para que no haya un desplazamiento de cadera, pero los médicos tienen miedo de que con toda la medicación que yo tomo y las enfermedades que tengo, el organismo rechace el clavo o se me infecte. Así que están dejando que suelde solo. Estoy el mayor tiempo con andador para poder sostenerme un poco", enumeró la mujer.

En ese sentido, luego de que los médicos, a partir de una junta médica en Córdoba, le dijeran que "no sabían por dónde empezar", es que la derivaron nuevamente a Buenos Aires.

Sin embargo, el hecho de no tener obra social le complica poder costear el viaje, la estadía y las consultas. "Empecé a buscar obras sociales, ninguna me recibió. Y tengo 10 médicos esperándome en Buenos Aires con todos los turnos pactados, pero no tengo el dinero. Necesito alrededor de 500 mil pesos para poder irme porque tengo que solventar tanto los gastos de consultas, de médicos, estadía, hospedaje", afirmó.

Para colaborar

En ese sentido, Yamila y su familia venden una rifa que cuenta con más de 20 premios. Cada número cuesta 200 pesos o pueden conseguirse tres por 500 pesos. El sorteo se realizará el viernes 11 de marzo por Lotería Nacional.

También se encuentran difundiendo una cuenta bancaria (CBU: 0000003100051506257551) para quien desee depositar su ayuda. Para colaborar, también se puede llamar a los teléfonos (03564) 15676217 o 15676218.

Sobre el final, Giordano aprovechó para agradecer a las personas que están colaborando con su caso. "Me sorprendió el apoyo que estoy recibiendo y más allá de la colaboración económica que me dan, también es el apoyo psicológico, porque esto no solo atacó lo físico, sino también lo psicológico y lo emocional, el hecho de no tener más ganas de vivir", sostuvo.

Y agregó que la muerte de sus padres en estos últimos cuatro años agravó su situación: "Hay noches en que les pido que me vengan a buscar, que no aguanto más, que ya no se puede más vivir así porque no tengo una vida digna".

"No sé lo que es jugar con mi hijo, no sé lo que es poder sentarme en el suelo a jugar con mi hijo, llevarlo a una plaza. Nunca pude siquiera hamacarlo. Fue su primer día, empezaba primer grado, y no pude acompañarlo porque no me podía levantar de la cama. Esta enfermedad es así, hay días en que estás bien, y hay otros en que no te podés levantar de la cama", concluyó.