La nota publicada días atrás recordando “La noche en que el carnaval fue tragedia en San Francisco”, entre los años 1969 y 1970, dejó innumerables comentarios de nuestros lectores. Cada uno recordándolo a su manera, de acuerdo a su edad y a la ubicación que tenían en ese entonces.

Sin embargo, hay un denominador común: todos coinciden en que se trataba de una fiesta muy esperada por lo alegre que eran y la convocatoria grande. También que les resulta inolvidable lo vivido.

Todavía hoy quedan dudas del año exacto en que sucedió todo: algunos hablan de 1969, otros de 1970. Lo cierto es que fue en febrero, época en que los carnavales eran furor en San Francisco con el desfile de carrozas, comparsas y bailarines, sumada a la participación de toda la familia, en pleno Bv. 25 de Mayo.

La noche era una gran fiesta hasta que en la esquina de San Luis y 25 de Mayo, un mortero que no se elevó estalló y provocó que muchos espectadores sufrieran lesiones al ser alcanzados por las esquirlas que se dispararon para todos lados: fueron varios los internados.

Así lo vivieron cinco lectores de El Periódico que, pese al paso del tiempo, recuerdan lo sucedido:

Fernando Frare aclara que era chico –tenía 10 años- y dice que un mortero “no salió de la capsula” estallando en el lugar y provocando varios heridos: “Cargaban los heridos en una camioneta o en lo que podían. Fue terrible”.

Sobre estos corsos de Carnaval destacó que “eran muy lindos, con comparsas de todos lados y de lugares lejanos”.

Ali casas (60), otra lectora, lo recordó de esta forma: “Era chica, tenía 8 años. Estábamos sentados con mis padres, de repente veo gente que empezó a hacer a un lado mesas y sillas tirándolas para los costados”.

Ali destaca que era una multitud abriéndose paso para poder trasladar a los heridos al hospital en camionetas y autos: “Recuerdo que había un policía que lo llevaban entre dos personas con una pierna muy lastimada. Yo me asusté mucho, por eso nunca más en mi vida me pude olvidar de ese corso. Eran muy lindos”.

Graciela Ginaldi también recuerda los corsos señalando que eran “muy lindos”.

“Esa noche estábamos ahí porque mi papá que era carpintero había hecho un kiosco para Don Vaira. Ahí se vendía todo para el Carnaval. Estaba sobre el cantero que después fue quitado para ampliar la calle. Habíamos visto pasar carrozas, personas disfrazadas, el coche loco. Se sentían los estruendos de las bombas”, narró.

Luego, Graciela amplió: “De repente se sintió una explosión que movió la tierra y la gente huía; gritos, sirenas de la policía. Mi madre me tapó los ojos y recuerdo que yo lloraba. Solo escuché que le decía a mi papá que nos vayamos para que no vea nada”.

Entre los recuerdo que conserva, indicó: “Había pasado un hombre con una carretilla llevando a una persona ensangrentada. Yo tenía 12 años y como era única hija no querían que me pasará nada. Ellos habían perdido a mi hermano antes que yo viniera al mundo” y agregó: “Confieso que me sentí triste porque me gustaban mucho los corsos. Era una de las pocas cosas hermosas de San Francisco”.

Otros testimonios

Mónica Peralta también estuvo esa jornada sangrienta: “Lo qué recuerdo es que iba en una carroza del Club San Isidro y sentimos una explosión. Se empezaron a sentir gritos, sirenas. Mis padres me vinieron a buscar, había gente que lloraba y nosotros no encontrábamos a mi hermano por tanta gente qué corría de un lado para otro. Hasta qué por ahí apareció con mi tío”, narró.

Peralta cuenta que debió haber tenido entre 7 u 8 años: “Eran muy lindos, familiares, se acercaba mucha gente en varias carrozas”.

Otro relato es el de Mónica Barengo, quien tenía 7 años en esa oportunidad: “A mis padres les gustaba ir a ver desfilar a las carrozas por calle 25 de Mayo. Creo recordar a la altura de los silos, pasando las carrozas se escuchó una explosión. Tiraban esos petardos o bombas, mi mamá me había alejado un poco quedando mi papá y mi tía viendo cuando se escuchó la explosión y la gente empezó a gritar y a correr”.

Barengo agregó que su madre la tomó de un brazo y que de a poco empezaron a ver cómo trasladaban a un hombre todo ensangrentado con su pierna colgando: “Tal vez no estaba tan herido pero a mi edad fue muy feo ver esas imágenes. Alcancé a ver eso porque enseguida llegaron mi papá y mi tía que afortunadamente no les había pasado nada”.

Sobre los recuerdos que aún conserva, dijo: “Por mucho tiempo no me pude sacar esas imágenes de mi cabeza, era muy chica y solo me dejó tristes recuerdos”, comentó.

Así será el Carnavalazo Sanfrancisqueño que se realizará en marzo