En pocos días tendrán comienzo los juicios por dos de los casos judiciales más trascendentes de los últimos años en San Francisco, ambos en la Justicia Federal. Se trata de los procesos en los que se encuentran imputados el fiscal federal (de licencia) Luis María Viaut y el ex presidente de Sportivo Belgrano, Pablo Esser.

Si bien son dos causas distintas, tienen sus puntos de conexión: fue Viaut quien inició el proceso y ordenó la detención de Esser en septiembre de 2020 (pasó un año entre rejas), mientras que en diciembre de ese año el mismo fiscal era imputado por presuntos pedidos de coimas millonarias en su Fiscalía. A su vez, Esser aseguró que desde la Fiscalía de Viaut le pidieron dinero para que sea liberado y que hizo la denuncia por ese hecho.

La causa Viaut: chorizos y salamines

El caso más importante que irá a juicio, por sus implicancias institucionales y por la jerarquía del puesto que ocupaba dentro de la Justicia, es el del fiscal Luis Viaut. Será juzgado a partir del lunes 18 de abril en el Tribunal Oral Federal 2, en la ciudad de Córdoba. 

El fiscal federal de San Francisco, actualmente de licencia, está imputado por dos hechos: presuntos pedidos de coimas millonarias para frenar investigaciones judiciales y además por tráfico de influencias. En caso de ser condenado podría enfrentarse a una pena de prisión y ser destituido de su cargo. 

Sintéticamente, a Viaut se lo acusa primero de pedir $2,5 millones en 2020 al gerente de la cooperativa de Las Cañitas (El Tío), Pablo González, y al presidente de la entidad, Juan Domingo Solá, para frenar una causa judicial por presuntas irregularidades. Esto fue negado por el fiscal, declarando que no tuvo participación alguna.

El segundo delito que se le achaca ocurrió también en 2020. El empresario Víctor Hugo Brugnoni aseguró que pagó US$17.100 para que liberen al hijo en una causa radicada en la Justicia provincial, dinero que se repartió desde dentro de la Fiscalía federal, según declaraciones del propio procesado.

Según se desprende de la acusación del Ministerio Público Fiscal (MPF), representado por la fiscal federal de Villa María, María Marta Schianni, en las escuchas telefónicas a Viaut los términos "kilos", "chorizo" o "salamines" no hacían referencia a ninguno de los elementos habituales de una carnicería de barrio sino que eran las palabras en código para presuntamente poner en funcionamiento un mecanismo que buscaba obtener de modo ilícito miles de dólares y millones de pesos a cambio de favorecer a supuestos implicados en causas judiciales de su Fiscalía y además el tráfico de influencias con otros funcionarios de la Justicia.

Tanto Viaut como Darío Fabián Rivarola (integrante de su Fiscalía) están imputados como autores de los delitos de "concusión agravada” (artículos 266 y 267 del Código Penal, coloquialmente coimas que pide un funcionario) y "tráfico de influencias" (artículo 256 bis del Código Penal).

Además, también serán juzgados Gerardo Agustín Panero (residente en Las Varillas) y Walter Gustavo Fattore (residente en Pozo del Molle) como partícipes necesarios del delito de tráfico de influencias; y Víctor Hugo Brugnoni (residente en Laborde) por el delito de “cohecho activo”, que significa dar u ofrecer dádivas a un funcionario público para que haga o deje de hacer algo que pertenece a sus funciones.

Pero la Fiscalía fundamentó que los demás imputados no operaban a espaldas del fiscal, sino que era el propio Viaut quien daba las órdenes: "Decidía en qué casos se iban a efectuar los requerimientos ilegales, a quién se le formularía la exigencia y qué se prometería a cambio de la misma, impartía las directivas correspondientes y recibía las novedades acaecidas en cada una de las maniobras que se realizaban", señaló la fiscal Schianni en el expediente.

Estos hechos por los que será juzgado se dieron entre agosto y septiembre de 2020. Todo esto, sin embargo, deberá comprobarse en el juicio. En su declaración, el fiscal negó haber cometido estos delitos.

El descargo de Viaut

En un primer momento el fiscal no declaró, pero posteriormente sí lo hizo y negó los delitos que se le atribuyen. “Respecto del primer hecho niego todo. Niego haberle dado órdenes o alguna directiva a Rivarola destinada a solicitar algo para frenar una causa en contra de la cooperativa. No existe ningún elemento que me relacione o vincule a la misma", se detalló en el expediente.

Sobre el segundo delito por el cual está imputado, tráfico de influencias, dijo lo siguiente: “Niego haber recibido suma de dinero. No tengo vinculación con los Juzgados y Fiscalía de Bell Ville donde se lleva la causa, ni con la Cámara de San Francisco. No conozco a ninguna persona o funcionario al que le pueda haber ejercido influencia".

Respecto a los dólares secuestrados en su Fiscalía en un allanamiento, dijo que correspondían a dos cuotas del pago de una beca de su hija en Europa y también a que tenía un dinero que era de sus suegros, que habían fallecido poco antes, negando cualquier cobro.

Sin embargo, tiempo después reconoció haber cobrado una cifra en dólares pero dijo que fue por un simple asesoramiento al empresario ahora imputado y no para influir en la causa.

La causa Esser: narcolavado

En el caso del empresario y dirigente deportivo, será juzgado por presunto lavado de dinero y comercialización de estupefacientes. Este proceso comenzará el jueves 21 de abril también en la ciudad de Córdoba, pero en el Tribunal Federal Oral 1. 

Actualmente el ex presidente de Sportivo Belgrano se encuentra con prisión domiciliaria, luego de que le concedieran ese beneficio solicitado por su defensa. En la misma situación se encuentra quien es considerado su "mano derecha", Juan Carlos "Cucho" Bosio.

Cabe remarcar que el juicio será contra otros implicados en la causa, que tiene como principal acusado de narcotráfico el ex líder de la barra de Sportivo, Brian Requena.

A Esser le dictaron en diciembre de 2020 la falta de mérito por el delito de financiación al narcotráfico del cual también estaba imputado, pero fue procesado como supuesto partícipe primario de comercialización de estupefacientes y de lavado de activos de origen delictivo. También, se le trabó un embargo por la suma de un millón de pesos.

Esser está apuntado como uno de los integrantes de una banda narco que a su vez lavaba dinero. La investigación y la imputación corrió por cuenta del fiscal federal Luis María Viaut, quien accionó a partir de una denuncia anónima. Luego, la causa pasó al Juzgado Federal de Villa María.

“Eran indispensables los dólares que conseguían Esser y Bossio, sin eso Requena no compraba la cocaína; es decir, la forma en que se dio la maniobra no se podría haber dado”, resaltó la fiscal federal de Villa María, María Marta Schianni.

El descargo de Esser

En una entrevista exclusiva que concedió a El Periódico el mes pasado, Esser rompió el silencio y rechazó tajantemente estar vinculado a la venta de drogas. Sostuvo que solamente vendió dólares a Requena, sin saber –según resaltó- que ese dinero era utilizado para comprar cocaína.

"Que me hayan imputado financiación y comercialización del narcotráfico, lavado de dinero es increíble. Yo le vendía dólares a Requena, que supuestamente es la persona que está detrás de este negocio. Me río de todas las imputaciones porque lo único que hice fue vender dólares", dijo en la entrevista.

"Yo no soy del negocio de la droga. Pero acá en una ciudad chica como San Francisco podemos suponer si hay personas que están metidas en la droga, ¿acaso a ellas no le venden un auto o no le venden en un supermercado porque esa plata vendría de algo ilícito?", agregó.

Finalmente, el imputado aseguró que la causa "es adrede por otra cuestión", que su esposa recibió un llamado telefónico en donde se le pidió dinero para liberarlo y consideró que "es una disputa judicial" en la que no tiene nada que ver.