El fiscal federal de San Francisco, actualmente en licencia, Luis María Viaut (59), fue procesado días atrás por la Justicia Federal, junto a otras personas –entre ellos un colaborador de su fiscalía- por dos delitos: tráfico de influencias y concusión agravada, un tipo de extorsión. Para decirlo en criollo, supuestos pagos de coimas o beneficios a cambio de dinero.

Viaut dio hace una semana una conferencia de prensa para desligarse de las acusaciones en su contra. Pero, ante pregunta y repregunta, el funcionario judicial tuvo su momento de sinceridad brutal y admitió que cobró en dólares por asesorar a una persona, aunque dijo que eso no es delito. Rápidamente señaló que podría tratarse de una falta “administrativa” que merecería una sanción. Sí remarcó que para él no incurrió en el delito de tráfico de influencia, algo por lo cual lo procesó el juez federal Roque Rebak.

Los delitos

Sintéticamente, a Viaut se lo acusa primero de pedir $2,5 millones al gerente de la cooperativa de Las Cañitas (El Tío), Pablo González, y al presidente de la entidad, Juan Domingo Solá, para frenar una causa judicial por presuntas irregularidades. Esto fue negado por el fiscal, declarando que no tuvo participación alguna.

El segundo delito que se le achaca ocurrió también el año pasado. El empresario Víctor Hugo Brugnoni aseguró que pagó US$17.100 para que liberen al hijo en una causa radicada en la Justicia provincial, dinero que se repartió desde dentro de la Fiscalía federal, según aportó el propio procesado.

Viaut, el fiscal “asesor”: un caso más que explica la desconfianza en la Justicia

En este último caso hay un reconocimiento del fiscal apuntado por la Justicia. Viaut contó que un amigo lo llamó para indicarle que otra persona (Brugnoni) tenía problemas con su hijo detenido por abuso sexual y que buscaba una especie de asesoramiento: “Como cuando uno tiene un problema de salud grave, tiene al médico, pero apela a la curandera para salvarse. En este caso, se solicitó un dinero para las gestiones, se trató de asesorarlo”, reconoció en diálogo con la prensa. Asimismo sostuvo que era algo “totalmente ajeno” a su función, al no tener competencia en la causa. “Nunca hablé con un fiscal o un juez. No los conozco, ni correspondía. Por esto no corresponde el tráfico de influencia que se me achaca”, se defendió. Sin embargo, admitió cobrar la jugosa cifra en dólares que luego dividió.

Por otra parte, el funcionario hizo diversas acusaciones que incluyeron a políticos, periodistas y hasta uno de sus pares pero en la justicia provincial, como Bernardo Alberione. Sobre estos denunció que le armaron las causas.

Nos toca de cerca 

Un caso como este, sin dudas, va en desmedro de la Justicia. El “Sí señor, yo cobré” respondido por Viaut en conferencia de prensa acrecentó más la desconfianza en el Poder Judicial, que, si bien no es nueva, esta vez nos toca de cerca a los sanfrancisqueños.

El fiscal “asesor” admitió un hecho que la misma Justicia a la que pertenece catalogó como delito. El tiempo dirá si con sus apelaciones logra modificar su situación, mientras tanto, es inevitable que la ciudadanía no se sienta decepcionada. Una vez más.