Lautaro Godoy (22) todavía se recupera física y mentalmente del terrible intento de robo que le tocó vivir en la madrugada del 19 de diciembre de 2022. Cuando regresaba de llevar a un amigo a su vivienda en barrio Eva Perón de Frontera y en avenida Carlos Fantino delincuentes le hicieron perder el control de su moto, hecho por el que sufrió gravísimas lesiones en su rostro y brazo. Por la cual necesitó casi 60 puntos de sutura en distintas partes de su cuerpo y ocho placas para reconstrucción facial.

Un mes después del hecho, Lautaro recibió a El Periódico en su casa y manifestó encontrarse bien: “Gracias a Dios estoy recuperándome después de lo que me pasó, le hemos metido ganas y ánimo porque si no era imposible”, admitió.

Luego recordó parte de lo ocurrió esa noche, a la que etiquetó como “una desgracia”. “Volvía de llevar a un amigo en el barrio Eva Perón y cuando vengo por Carlos Fantino freno en la esquina de Calle 112, porque está llena de pozos y cuando empecé a acelerar siento la patada en la rueda de atrás de la moto. Desde ese momento tengo dos pantallazos nomás que me acuerdo, una cuando miro para abajo y tengo el cordón encima y cuando salto de la moto me doy contra un poste. Después todo fue muy traumático”, relató.

Con una enorme cicatriz que le cruza el rostro de derecha a izquierda, Lautaro manifiesta que no vio a sus atacantes, que aquella patada fue con toda la intención de hacerlo caer para robarle. “Solía llevar a mi amigo a su casa porque ni los remises lo llevaban, nunca me había pasado nada, pero sabía que me arriesgaba y parece que algún día me iba a tener que tocar”, se lamentó.

Según describió, las heridas que sufrió fue un profundo corte desde el costado del ojo derecho hasta debajo de la mandíbula del lado izquierdo y también otro en el brazo izquierdo. “En la cara tengo alrededor de 50 porque me han hecho suturas interiores”, dijo el joven.

En principio, Lautaro fue atendido en el Hospital Iturraspe y luego tuvo su cirugía reconstructiva facial en la clínica Regional del Este, a manos del doctor Marcelo Brosutti. “Por el golpe tuve quebraduras que casi me molieron los huesos de la zona orbital de los ojos. El doctor me dijo que tuve suerte que no se alcanzaron a cortar los nervios faciales ni el nervio óptico”, recordó Godoy.

La seguridad y la ley 

La familia del joven decidió no hacer denuncia ante la falta de respuestas desde la Policía de Frontera ni la acéfala fiscalía que supo ocupar Nicolás Stegmayer.

Pese a la trascendencia mediática que tomó el caso, ningún agente policial de la vecina localidad se acercó hasta la familia para averiguar sobre los hechos.

“No tuvimos ninguna respuesta de la Policía y tampoco sabemos nada. Ya sabemos cómo es del lado de Frontera, no quiero opinar porque tengo amigos ahí, pero parece que funciona de otra manera”, alcanzó a decir Godoy.

Y a modo de reflexión se sinceró: “Sé que iba sin casco, por eso es fundamental que lo usemos, sobre todo los chicos jóvenes. Y hacerle caso a los padres cuando te dicen que no vayas para algunos lados, que directamente no vayan o tenga cuidado con los horarios, lamentablemente hay lugares donde no se puede entrar en moto en Frontera”.