El fiscal federal Luis María Viaut imputó a tres personas tras los allanamientos de la semana pasada, donde Gendarmería Nacional decomisó tres toneladas de carne que avanzaban en su grado de descomposición y eran ofrecidas en comercios de nuestra ciudad y también de Frontera.

Según informó a El Periódico, las imputaciones son por “envenenamiento de alimentos y sustancias”. Se trata de personas de la ciudad de Frontera y Colonia San Pedro.

Viaut aportó que en todo lo que respecta a cuestiones de faena, “no cumplían con una sola reglamentación”.

Cabe recordar, que la investigación sobre la venta ilegal de carne vacuna sobre el límite interprovincial de Córdoba y Santa Fe derivó en el secuestro de casi 3 toneladas de mercadería no apta para consumo. Según fuentes oficiales, los comercios estaban conectados con una red de personas que utilizaban químicos para disimular el origen de la materia prima en descomposición.

Gendarmería Nacional informó este domingo que la operación fue desbaratada a través de nueve allanamientos realizados en San Francisco y Frontera. El procedimiento se llevó a cabo a partir de la intervención coordinada de los juzgados federales correspondientes a ambas localidades. Así lograron decomisar 2.771 kilos de carne contaminada. En los mismos, se determinó que el 90% del faenamiento provenía de animales muertos y el 10% de enfermos.

Las autoridades a cargo de la inspección tomaron muestras de los cortes y prohibieron la comercialización de inmediato. De acuerdo a las pruebas recabadas, la mercadería provenía de una organización que faenaba y distribuía productos lavados y modificados con sustancias para adulterar el color, a la cual pertenecerían los tres imputados.

Además del decomiso y la destrucción de la materia prima contaminada, los magistrados a cargo ordenaron la clausura de los establecimientos involucrados. Durante la requisa los gendarmes incautaron además armas de fuego, municiones, dinero en efectivo y documentación junto con dispositivos electrónicos y vehículos.

“Es prematuro aportar más datos”, dijo Viaut a este medio, aunque aclaró que se investiga el comportamiento de los comerciantes que ofrecían la carne a la venta: “Hay que conocer si sabían de dónde provenía la carne, de su estado, entre otras cosas”, explicó.

Aparentemente, de la investigación se desprende que los animales eran faenados en una cremería abandonada cerca de Colonia San Pedro e ingresaban su carne luego en el circuito comercial. Asimismo, los cadáveres habrían sido rociados con sulfito de sodio, un químico cancerígeno, para evitar el mal aspecto. Cada uno de los animales, se vendía por entre $800 y $1.000.

“Fueron alrededor de dos meses de investigación”, confirmó Viaut.