“A mi mamá biológica le dijeron que había nacido un varón para que nunca me encuentre”, cuenta Silvia Gabriela Navarro (45), quien desde hace un tiempo largo trata de encontrar a María Sánchez, quien hoy tendría entre 60 y 65 años de edad, y quien sería la mujer que le dio la vida. Pero sólo tiene eso, el posible nombre de la que podría ser su mamá.

Silvia vive en Buenos Aires, en Quilmes. Llegó en el año 1969 para integrarse a la familia que habían formado sus padres adoptivos: Silvio Eduardo Navarro y Ercilia Sanfelice, quienes se casaron y no podían tener hijos: “La conexión para adoptar la hizo un primo de mi papá llamado Norberto Valenzuela, mi padrino; él vivía en San Francisco”, aseguró Navarro a El Periódico.

Adopción

“Según la información que tengo, él (por Valenzuela) hizo el contacto conociendo a una chica (su madre biológica) que quedó embarazada y no podía regresar a su casa en ese estado; ella trabajaba en casas de familia”, manifestó. Valenzuela era chofer en una empresa de transporte y a la vez conocía a una enfermera llamada Julia Requena, quien junto con él se encargaron de asistir a su mamá los nueve meses de embarazo.

Según la mujer, desde Quilmes sus padres adoptivos, ya fallecidos, siempre tuvieron en contacto permanente. Silvia se enteró a los 15 años que era adoptada, se lo dijo su abuelo materno diez años después de que falleciera su mamá.

El padrino y la pista de su mamá

La nacida en San Francisco indicó que nunca le dijo a su padre biológico que sabía de su adopción. Según le confesó su abuelo, a ella la adoptaron por intermedio de su padrino, hoy fallecido.

Navarro también contó cómo llegó a saber que su madre biológica podría llamarse María Sánchez. “Hace unos años viajé a San Francisco a buscarla; hablé con la enfermera y me dijo que el nombre de mi madre biológica es María Sánchez. La segunda vez que intenté hablar con ella para conocer más no me quiso atender”. Luego agregó que su madre en la actualidad tendría entre 60 y 65 años, ya que la tuvo a los 17.

Sin embargo, esta información le deja a Silvia más dudas que certezas. Asimismo manifestó que en alguna oportunidad contactó a una mujer con ese nombre que vivía en la ciudad de Frontera, aunque le dijo que no era su madre.

Por otra parte, Navarro agregó que nunca quiso buscar a su padre biológico: “No me interesa”, afirmó. No obstante, desde hace unos años se replantea la actitud que su padrino tenía hacia ella: “No me puedo quejar de nada. De parte de él había mucha preocupación, enviaba encomiendas, pasajes para que viaje siempre a San Francisco. Era un contacto muy raro, mucho interés en mi persona de su parte. Hoy me replanteo esa situación y creo que puede ser mi papá”.

Por último, Silvia afirmó no buscar “herencias” sino su “identidad”. No solo por ella sino también por su hijo que tiene 23 años: “Somos dos los que queremos saber la verdad”, concluyó.