Un misterio innecesario, pero misterio al fin, fue el que planteó Ignacio García Aresca, intendente de San Francisco con pedido de licencia al ser elegido como diputado nacional, cargo al que asumió el pasado 10 de diciembre.

Tal como informamos desde El Periódico en más de una oportunidad, existía un arreglo entre Aresca y Bernarte para que este último asuma en caso de que el primero deje su cargo. El mismo llevaba el aval de Martín Llaryora, referente del justicialismo a nivel provincial.

Para ello, Bernarte debió volver como concejal para ser elegido por sus pares como intendente interino.

“La oportunidad llega después de un proceso muy interesante y largo de aprendizaje y evolución como dirigente político”, explicó Bernarte en una entrevista con este medio, y aseguró que tuvo un crecimiento luego de ser parte de la gestión como secretario de Gobierno con la toma de decisiones.

“Ahora es el momento de ir hacia nuevos paradigmas, de modos de vida más sustentables, medioambientalmente más responsables. Hoy tenemos la posibilidad de empezar a modernizar la ciudad sobre tierra ya que las demás obras –cloacas, desagües, entre otras- están hechas”, remarcó.

Perfil alto

Desde el primer día, Bernarte mostró una agenda pública más cargada que la que venía llevando su antecesor, algo que era esperable dado que posiblemente busque elevar el perfil de su gestión y dotarla de marcas propias. Así, se citó con instituciones y entidades intermedias de San Francisco.

“Voy a trabajar en equipo, escuchando, estando atento a lo que tienen para decirnos…”, indicó también al asumir.

Claro que para una gestión exitosa no solo alcanza con tener mayor presencia. Sin embargo, el flamante jefe municipal inició su camino con una mayor exposición de la que venía teniendo Aresca, intentando mostrar un modelo de conducción diferente.

Por su parte, García Aresca puso fin, al menos en los papeles, a sus ocho años de mandato en la ciudad, desde aquel diciembre de 2013 en que reemplazó de forma interina a Martín Llaryora, quien por entonces asumía como ministro del gobierno de José Manuel de la Sota. Luego ganó las elecciones para intendente en 2015 y 2019.

Se fue sin despedirse públicamente y sin anunciar a la ciudadanía quién iba a ser su reemplazante, manteniendo el misterio hasta el último día de una decisión sobre la que jamás hubo dudas.