Las fiestas de fin de año son para muchos especiales porque es cuando se reencuentra la familia. Parientes que no suelen verse con frecuencia utilizan estas fechas –Navidad y Años Nuevo- para reencontrarse en una cena. Sin embargo, en los hogares de ancianos sucede lo contrario porque un porcentaje menor de la totalidad de abuelos que se encuentran internados en ellos son los que pasan las fiestas con la familia. Los demás quedan en el lugar.

Por ejemplo, hace una semana, para Nochebuena, solo seis de los 23 abuelos alojados en el Hogar de Ancianos Dr. Enrique J. Carrá, pasaron esa fecha con sus familiares. El resto, por estar solos o simplemente no ser retirados por sus allegados más cercanos, permaneció en el hogar.

Similar fue el escenario en el Hogar Parque Dihel de Sienra, de un total de 35 abuelos para las fiestas hace una semana atrás fueron retirados solo 10.

No obstante, las fiestas se celebran de igual manera. En ambos lugares se preparan las mesas, se sirve un menú especial y hay espectáculos musicales y otros entretenimientos para los adultos mayores.

En el caso del hogar que forma parte del Hospital Iturraspe, en la previa a la Navidad fueron visitados por el grupo evangélico “Juntos por la Vida”, el Taller de Teatro de Frontera e integrantes de la CTA Autónoma para brindarles un momento de esparcimiento, ofreciendo números de canto y baile.

Importancia de conservar el vínculo

En ambos lugares y también en geriátricos consultados, aseguran que en muchos casos los internos son poco visitados, lo que va en detrimento de su salud.

Pablo Arri, médico y encargado administrativo del Hogar de Ancianos Dr. Enrique J. Carrá, aseguró a El Periódico que es fundamental mantener el lazo entre la familia y los abuelos: “Nosotros como institución tenemos que cultivar el lazo de los internados con sus familias, fomentar ese vínculo no solo para el beneficio de los nonos sino para el de todos”, indicó.