Pese a que no pudo conquistar la general, el sanfrancisqueño Maximiliano Almada se quedó con la segunda etapa de la Doble San Francisco – Miramar, en una carrera en que las altas temperaturas jugaron fuente. 

Además, las circunstancias hicieron que el equipo (Municipalidad de Pehuajó) con el que competía no hiciera la segunda etapa de la carrera, pero él decidió culminarla solo porque tenía esa materia pendiente de ser profeta en su tierra. 

Almada después de este logro habló en La Mañana de El Periódico por El Periódico Radio para contar sus sensaciones y el sabor especial que tuvo para su prolífica carrera la Doble. Inicialmente dijo que “es la carrera más esperada del año en su caso por ser de la ciudad” y la de 2024 será inolvidable. 

“Llevo tantos años corriendo esta carrera y siempre estoy muy cerca del podio, siempre peleando la dentro de los 10 y la verdad tener una etapa dentro de mi ciudad fue una alegría muy grande para mí. Era uno de los sueños que me faltaba cumplir más allá de que gracias a Dios tenía varios títulos, no solamente nacionales e internacionales, pero faltaba un un escaloncito de mi cuaderno para anotar”, expresó emocionado.

Superación

En 2023 había obtenido su mejor resultado siendo 5° en la tabla de posiciones general, ahora se suma haber ganado la segunda etapa y estar al borde de quedarse con la primera, pero un contratiempo lo alejó. 

“Lamentablemente me perdí por 20 segundos haber ganado la Doble completa porque justo el día sábado que veníamos 20 corredores en fuga, antes de entrar a la recta que ya apuntás hacia Miramar, justo pincho la rueda trasera de la bici. El pelotón me logra sacar unos cinco minutos y hasta que mi auxilio me hace el cambio de rueda y salí a conectar, llegué a 20 segundos. Me faltó poco y nada para poder conectar adelante y eso fue lo que me jugó en contra de perder la doble San Francisco Miramar", detalló.

Una prueba exigente

La carrera tanto sábado como domingo se hizo con las altas temperaturas lo cual implica un enorme desafío físico y mental y de eso no estuvo exento Almada por más que fuera local. 

“El día de ayer fue insoportable, la temperatura de la ruta era muy elevada, era tomar líquido constantemente porque los termos de agua no te alcanzaban, se calentaba muchísimo la bebida y no es bueno para para el cuerpo en esos momentos que uno viene desgastando muchísimas energías y la verdad el calor no ayudó”, indicó. 

Pese a esto, Maximiliano sabía que podía darse una inclemencia climática de ese tipo y su entrenamiento se focalizó en pensar cómo correr se presentara la situación que fuera. 

“Yo me entrené para el calor, me entrené para la lluvia, me entrené para todos los tiempos climáticos que nos pudieran pasar en la ruta y la verdad me sentía bien, gracias a todo eso en conjunto pude llegar bien firme para poder disputar la carrera”, señaló.

Su equipo

Este año Almada representó al equipo de la Municipalidad de Pehuajó el primer contacto se dio hace un mes en una carrera en Concordia donde le hicieron la propuesta. “Son increíbles, el equipo en la primera etapa me ayudó muchísimo estuvieron siempre pendientes de mí, en el abastecimiento en cualquier cosa que yo pedía eso”, afirmó. 

Luego, en la segunda etapa - que fue la que se adjudicó - el equipo decidió no correr, pero eso no implicó que Maximiliano se bajara. 

“A la vuelta decidieron no correr y yo sí tenía una tarea por cumplir, así que como corredor dije que sea como sea iba a estar bien largada. Yo siempre voy a estar porque así así me crié, así me entrenaron”, aseguró orgulloso. 

Un escalón más

Almada tiene en la actualidad 32 años, pero a los 10 años empezó a hacer “ruido” en el ciclismo, de hecho a los 13 ya participó en los Juegos Binacionales en Chile de donde trajo sus medallas. 

Para los 14 ya estaba en el seleccionado nacional juvenil y logró el récord mundial en Rusia, un año después lo convocaron a la Selección Mayor y se fue a Europa. A eso se suman preseas en Campeonatos Panamericanos, estar tres años en el top ten de la Copa del Mundo, 15 títulos nacionales y otros 20 aproximadamente a nivel provincial. 

Después tuve un parate de unos cinco o seis años en los cuales me tuve que dedicar a aprender un oficio porque sabía que el ciclismo en Argentina es algo de lo que no se vive y como pasa con muchos talentos tienen que bajar los brazos en algún momento para estudiar o para aprender un oficio. Es muy lindo el deporte porque es algo sano hermoso, pero sí o sí hay que hacer algo para poder terminar tu vida bien. Es una deuda pendiente que tiene el deporte en la República Argentina, no solamente el ciclismo”, analizó.