Es apicultora, aprendió el oficio de su papá y lucha como una abeja reina para que se las proteja
Marina “Kathy” Mastandrea se enamoró del trabajo que comparte con su papá Pedro y sus hermanos. Además de hablar de su historia brindó algunos consejos sobre qué hacer cuando se encuentra a estos insectos cuya subsistencia corre peligro y son vitales para nuestra vida.
Marina “Kathy” Mastandrea es una de esas mujeres que tienen el oficio de ser apicultora y tomó contacto con la labor por medio de su papá Pedro que lo practica desde 1990.
Muchas personas todavía se sorprenden cuando la contactan para que los ayude con el retiro de las abejas de sus propiedades, primero lo hacen porque es una chica y después por la prolijidad de su trabajo.
Lleva seis años en el rubro e inició por curiosidad a través de Pedro y eso fue lo primero que contó a El Periódico. “Todo empezó porque cuando era chica mi papá trabajaba con las abejas y yo jugaba con él. Alos 20 años más o menos empecé a capacitarme de online”.
Sus hermanos forman parte del mismo emprendimiento familiar, Juan de 28 y Miguel Ángel de 46 le brindaron el apoyo para que avance en su formación. Toda la teoría se la dieron los cursos y la práctica vino de la mano de la familia ya que sus hermanos Juan y Miguel Ángel se dedican a lo mismo.
“Mi papá me enseñaba todo lo que podía y yo practicaba con él y me empezó a gustar, pero es un trabajo que hasta que no aprendas bien no lo podés practicar, solo lo hice cuando estaba bien capacitada”, relató.
Un día de trabajo
“Kathy” explicó que cuando reciben un llamado durante el día van a observar el lugar donde se encuentran las abejas y lo primero que distinguen es si se trata de un enjambre o colmena.
“Durante el día voy, las miro, las observo, porque hay que ver, la gente se confunde lo que es un enjambre y lo que es una colmena. Un enjambre es cuando las abejas están todas amontonadas en un lugar, como una bochita, y una colmena es cuando ya están instaladas, que tienen cera, cría, que hace años que están, esa es la diferencia”, indicó.
Las extracciones las hacen recién a la noche después de evaluar qué se necesita para la extracción y posteriormente las ponen a salvo. Con su familia las llevan al campo donde se prepara un espacio acondicionado “reinsertándolas” en cierta manera.
“Se sorprenden porque es un trabajo de hombre justamente, llama la atención que sea una mujer la que va, pero están verdaderamente sorprendidos por el gran trabajo que hago junto a mi papá. Entonces vamos hacia el campo, las curamos porque hay que curarlas para que no contaminen las otras, hay que ponerle marco, cera, alimento”, agregó Marina.
Conciencia
Desde su lugar, además de contribuir con esta necesidad de los vecinos o cuando a veces las llaman los bomberos, también se dedica a concientizar sobre la importancia que tienen estos animales para el ambiente.
Hay miles de especies de abejas y la mayoría son silvestres, en general todas llevan el polen entre flores y cultivos comerciales por lo que son un factor importante para asegurar la biodiversidad.
En este aspecto citó como ejemplos que los cultivos agrícolas, las plantas forestales, las flores, todo depende en gran medida de la polinización que realizan las abejas. Situaciones como el ruido, el autocultivo y el uso de agroquímicos las afecta.
“Nunca hay que tirarles insecticidas o herbicidas porque las envenenan a las abejas, o cuando van a consumir polen también son afectadas. Y ellas mismas después van a la colmena, infectan a toda la colmena. Y es ahí es cuando muchas más abejas mueren”, sostuvo.
Consejos
En época de tormentas o con el cambio en las condiciones medioambientales, ocasiona que las abejas formen enjambres en diferentes lugares. Esta práctica entre ellas dijo Kathy es “para apoyarse en un lugar y descansar”.
“Cuando se ve un enjambre la gente debería mantener la calma y alejarse con cuidado para no perturbarla. Segundo, no hay que molestarlas, porque ellas solamente están descansando hasta que consigan un nuevo hogar. Hay que evitar sonidos y aromas fuertes como perfume o cuando cortas el césped, porque si no las alterás. Y lo más importante, no hay que removerlas ni tampoco eliminarlas con insecticidas”, resaltó.
Si ante esta situación igual una persona es picada por una abeja debe procurarse quitar el aguijón y ante la señal de alergia o sabiendo que tienen esta condición acudir urgente a un médico.
“Siempre hay que pedir a alguien que te quite el aguijón, si todavía lo tenés. No importa cómo se lo sacan, pero lo importante es sacarlo. Segundo, hay que lavar la zona con agua y jabón, muy bien, se le puede aplicar un poco de hielo en la zona. Y si es alérgico concurrir al médico lo más rápido posible”, añadió.
No obstante, el consejo más valioso que dejó “Kathy” fue uno muy sencillo que permitirá la supervivencia de seres humanos y abejas en un perfecto equilibrio: “Regalen plantas con flores para que se pueda polinizar y eso nos hace un bien a todos”.