A la hora de brindarse a los demás, no existen recetas; puede ser una acción aislada o un compromiso a largo plazo, que pasa de generación en generación, tal como sucede con el caso de Graciela Magario de Benedetto, que trasmitió sus valores y compromiso a su hija Lorena y ésta a su primogénita, Chiara Sandrone, nieta de la impulsora de la campaña de la leche.   

Hoy Graciela padece una dura enfermedad y son Lorena y Chiara las que se encargan de mantener el legado de “la abuela”. Ellas siguen recolectando leche y dos veces por semana se brindan en el merendero “Ayudando a crecer” de barrio Roque Sáenz Peña. Allí reciben a más de 30 chicos dos veces por semana y, otros días, salen a recolectar alimentos, a llevar comida a las personas en situación de calle y, además, la vivienda de ellas es hogar de guarda.

“Todavía hoy la gente sigue diciendo que Graciela Magario ayuda y yo estoy acá, en casa, tomando mates, recuperándome de esto que me toca. Son ellas las que van y vienen al merendero, haciéndoles la leche a los chicos, salen a llevar ropa. Yo soy el nombre, hace cuatro años que me descubrieron este tumor y las que salen a ayudar son ellas”, cuenta con orgullo Graciela, mientras su hija y su nieta la observan.

La pasión por ayudar se impregnó en las descendientes de Graciela y su legado se mantiene firme.

Siguiendo el legado de Graciela
Chiara y Lorena en el merendero. 

Solidarias

Me gusta poder ayudar-acota Lorena-, es algo que heredé de ella (Graciela), inclusive soy hogar de guarda, me encantan los chicos y poder participar en cuestiones solidarias, y también es un orgullo que Chiara me acompañe y también sienta esa necesitad de brindarse”.

Y desde el comienzo de la campaña de la Leche que inició Graciela hace ocho años ya, Chiara acompañó a la familia en toda acción solidaria.

Cuando empezó la campaña de la leche tenía 6 años y tomé empatía, me contagiaron las ganas de ayudar al otro. Pero también me gusta estudiar lo que hago y las problemáticas que nos tocan vivir. A principio de año hice un trabajo sobre el embarazo adolescente y desde entonces comencé a asistir a Infantia para ayudar en lo que pudiese. Hace poco presenté un trabajo en las jornadas de historia sobre el rol político de las mujeres de nuestra ciudad y es algo que quiero seguir investigando”, relata Chiara.

La joven de apenas 16 años tiene en claro que quiere continuar sus estudios en una carrera que pueda seguir vinculándose con el servicio a la comunidad. “Ella tiene un compromiso social que me llena de orgullo y que además estudia”, dice reconfortada Lorena.

A su vez, los otros dos hijos de Lorena, Nahuel (14) y Francesca (4), también siguen la tradición familiar: asisten a colaborar en el merendero y a la hora de recolectar elementos para los más necesitados.

Una luchadora

Mientras su hija y su nieta continúan su obra, Graciela sigue en pie de lucha contra un tumor que le detectaron hace cuatro años. Prosigue con quimioterapias siempre acompañada por su familia.

“Hay que lucharla, levantarse, ponerle la mejor sonrisa y seguir”, asegura.

Siguiendo el legado de Graciela

Siguiendo el ejemplo de otras luchadoras

En octubre Chiara participó de las Jornadas de Historia Regional que realizara el Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la Región con un trabajo sobre el rol de las mujeres locales desde El Tampierazo hasta la actualidad.

La joven expuso su investigación ante un auditorio y su presentación le valió las felicitaciones de los presentes y la invitación del presidente del Archivo, Arturo Bienedell, para continuar ahondando en su trabajo.

De esta experiencia Chiara rescata la importancia de conocer más sobre la historia de San Francisco y de las mujeres locales que mucho han luchado para ganar un espacio en los más variados ámbitos.