“Es como dicen. Ves a tu gente antes de entrar a la consulta y después ya no ves más a nadie. Eso es real”. La frase pertenece a Carlos Zabala (50), traumatólogo oriundo de Devoto que trabaja en el Hospital Piñero de Buenos Aires –donde vive desde 1999- y se contagió de Covid-19 mientras se encontraba trabajando.

Zabala narró en una entrevista con FM Cristal de Devoto, que ingresó a ese centro de salud como un posible caso sospechoso y que tras realizarle el hisopado se interrumpió su contacto con el mundo exterior.

Su cuadro se inició con dolor de garganta y tos seca, pero sin fiebre. Después tuvo neumonía, decaimiento y lesiones dérmicas similares a las de la varicela (fue el primer caso en Argentina que presentó esta patología).

El contagio

El médico estimó que el contagio provino de un asintomático, suponiendo que fue a través de carpetas que compartían con sus compañeros, ya que no tenían contacto físico, ni tomaban del mismo mate. En su guardia se desempeñaban seis personas y cinco de ellas se enfermaron.

Zabala manifestó que durante varios días estuvo en terapia intensiva, inclusive a punto de ser entubado. Finalmente, su evolución fue sorprendente y no necesitó el respirador y fue dado de alta, entre los aplausos de sus compañeros de trabajo, para continuar su recuperación en su departamento, en aislamiento.

El traumatólogo, también alergista y emergentólogo, indicó que para su evolución fue fundamental el cuidado recibido. “Yo no era un número más, me entregué a mis compañeros profesionales y me comporté como el paciente que yo quisiera tener”, aseguró.

Recibió tratamiento con antiretrovirales y con la hidroxicloroquina e indicó que todavía hoy tiene una ligera tos, manchas oscuras en la piel y un cierto riesgo hepático. “La medicación es muy fuerte, te cae muy mal al estómago, te da un proceso diarreico, es muy feo todo lo que te pasa”.

El médico se fue de Devoto al finalizar el colegio secundario en el Instituto José María Paz, sin embargo conserva amistades que fueron claves para su recuperación a través del contacto por redes sociales.

Los riesgos que corre el personal de salud

Zabala se refirió en la entrevista a los riesgos de contagio que el personal de la salud corre debido a su exposición: “Hay profesionales, pero hay mucha falta de material, faltan camisolines, guantes, barbijos y otros elementos de protección; a tal punto que algunas guardias no pueden salir a atender por la ausencia de este material de seguridad”, señaló.

El médico de nuestra región, que también presta servicios en el hospital Zubizarreta de Villa Devoto y en el complejo Penitenciario Federal (cárcel de Devoto), brindó algunas recomendaciones a la población. En ese sentido, pidió “no exponerse tanto, agudizar la precaución y utilizar el barbijo”. También recalcó desinfectar todo lo comprado, tratar de manipular “lo menos posible” dinero y respetar las distancias.

Por último, Zabala dio su impresión de lo que vendrá a corto plazo en el marco de esta pandemia: “Se espera un brote grande a fines de abril y mediados de mayo. Llegaría con el frío. El virus ya está instalado y circulando en la comunidad, no solo se enferman los pacientes que llegaron del exterior. Tampoco es para alarmar tanto, pero es para tener cuidado”, concluyó.