Sara Mednick, psicóloga de la Universidad de California, clasificó a las siestas en función de las necesidades que cada persona precisa cubrir. De diez a veinte minutos es ideal para despejar la mente y volver a trabajar con rapidez. Con una hora se entra en el sueño de onda lenta, que ayuda a recordar datos, lugares y caras. Una hora y media constituye un ciclo completo de sueño y se recomienda para mejorar la creatividad y la memoria emocional.

Estas son algunas de las ventajas de la siesta:

  1. Actúa como un seguro cardiovascular

Para proteger el corazón, la siesta tiene que ser un poco prolongada, concretamente de 45 minutos. Se necesita este tiempo para que disminuya la presión arterial después de un día estresante. El efecto cardioprotector es tan evidente que, en opinión de los especialistas, las personas con esta costumbre tienen casi un 40 por ciento menos de probabilidades de sufrir un infarto.

  1. Equivale al sueño de una noche

Treinta minutos son suficientes. Este tipo de descanso reduce las ganas de comer, favorece la creatividad, mejora la percepción y potencia la memoria, el aprendizaje e incluso la vida sexual.

  1. Nos hace más productivos

Uno de los efectos demostrados de dormir siesta es el aumento de productividad. Ocurre si se hace después de la comida y también por la noche. Un descanso de solo quince minutos permite seguir después a pleno rendimiento.

  1. Imprescindible para crecer

De acuerdo a los profesionales, la siesta seguirá existiendo porque responde a una necesidad fisiológica. El desarrollo de bebés y adolescentes depende, en buena medida, de la cantidad de horas que duerman. Hasta los veinte años es imprescindible, porque el cuerpo está en plena progresión y la hormona del crecimiento solo se libera cuando se descansa.

  1. Siesta para despejar

Según un estudio, una forma infalible de poner a pleno rendimiento la mente después de la comida es una pausa de diez minutos de sueño. Una pausa rápida es más efectiva que una de media hora. Está comprobado que los que duermen treinta minutos tardan más en despertarse.

  1. Mejora el estado de ánimo

Una investigación asegura que los pequeños que se saltan la siesta tienen más riesgo de padecer trastornos anímicos más adelante.

Fuente: Muy Interesante