Un hombre de 58 años que utilizaba un brasero para combatir las bajas temperaturas murió ayer en un local de barrio Müller, en Córdoba capital, al resultar intoxicado con monóxido de carbono.

Se trata del quinto caso en un puñado de días con una persona fallecida a raíz de la inhalación del gas conocido como “el asesino silencioso”.

La víctima, identificada como Héctor Gerardo Machado (58), fue hallada en el interior de un local que funciona como peluquería y barbería, en General Pedernera al 700.

“Se acostó a dormir con un brasero. Debieron forzar la puerta para entrar y lo encontraron sin vida en la cama. Aparentemente era habitual que usara ese tipo de calefacción porque no tenía estufa”, dijo un familiar a Mitre Córdoba.

Los casos en la provincia

El pasado jueves, un hombre de 57 años murió en la localidad de San Javier, en Traslasierra, intoxicado con monóxido de carbono a raíz de un desperfecto en un elemento de calefacción.

El miércoles último, una joven de 23 años, con domicilio en la provincia de La Rioja, fue hallada sin vida en la localidad de Miramar de Ansenuza, en el noreste de Córdoba.

En tanto, dos personas –una mujer de 48 años y un hombre de 62– fueron encontradas sin vida también durante la mañana del miércoles en una vivienda de calle Ayacucho al 900, de barrio Las Violetas, en Río Tercero.

Por otra parte, una familia integrada por un hombre de 38 años, una mujer de 31 y un niño de 8 se encuentra internada en el hospital Florencio Díaz de la ciudad de Córdoba luego de resultar intoxicados con monóxido de carbono a raíz de un desperfecto en un equipo a gas que utilizaban para calefaccionar su vivienda de barrio Almirante Brown. La madre del hombre llegó a la vivienda y los encontró desvanecidos.

Todas las intoxicaciones por monóxido son prevenibles. Cualquier artefacto que utilice combustible (gas, petróleo, carbón, nafta, madera, plásticos, kerosene) puede producirlo cuando se quema de manera incompleta, en presencia de una baja concentración de oxígeno.

Prevención 

Las fuentes más comunes de monóxido son los gases de escape de motores a combustión (autos, camiones, grupos electrógenos, motosierras), las cocinas a gas, las estufas, salamandras, mecheros, las cocinas a leña y los sistemas de calefacción, entre otros.

El monóxido ingresa al organismo y se une a la hemoglobina, la principal proteína transportadora de oxígeno de la sangre, con una afinidad 250 veces mayor que el oxígeno, ocupa su lugar y evita la oxigenación adecuada de los distintos tejidos.

Se sospecha una intoxicación cuando una o varias personas -generalmente, convivientes- presentan simultáneamente dolor de cabeza, mareos, debilidad, cansancio, náuseas y vómitos, somnolencia, pérdida de conciencia y/o convulsiones, palpitaciones y/o dolor de pecho, y paro respiratorio y/o muerte tras haber estado en un lugar cerrado.