Los delincuentes se llevaron dos plasmas, dinero en efectivo y el arma reglamentaria de Zabala.

Cuando Zabala llegó a su casa y se dio cuenta de lo sucedido se montó un operativo cerrojo y, ayudados por el dato de un vecino respecto de la movilidad de los delincuentes atraparon a uno de ellos en Sacanta, quien les dijo donde habían dejado el botín lo que permitió que fuera recuperado.

El ladrón es un hombre de 47 años, oriundo de Córdoba y con antecedentes frondosos.