Pasadas las 11 de este lunes, tras un cuarto intermedio solicitado por el tribunal que juzgará, junto a jurados populares, a Mauro Bongiovanni, pasaron ocho testigos en la primera jornada del juicio por el crimen de María Eugenia Lanzetti.

Previamente, el fiscal Victor Pessano leyó los hechos por los que se acusa al imputado. También tuvieron la palabra el abogado querellante que representa a la familia Lanzetti, Ricardo Carioni, y el defensor de Bongiovanni, Felipe Trucco. El acusado admitió en sala haber matado a su ex mujer. 

Volver a recordar

Los primeros testigos que pasaron por la sala del primer piso de tribunales fueron personas que ese día vivieron en carne propia lo sucedido.

María Belén Fissore (35) era la maestra jardinera que acompañaba a “Marita” cada día en la guardería "Estrellitas Traviesas" que funciona (hoy con otro nombre y otras docentes) en el centro vecinal Barrio Jardín. La testigo recordó que esa mañana del 15 de abril Marita le contó que al salir de su casa con su auto observó como Bongiovanni la miraba parado a metros de su casa. Fissore relató luego que cerca de las 11 había ido a una sala contigua para cambiarle el pañal a uno de los niños que asistía al jardín y cuando volvió a la sala central observó entrar a Bongiovanni y atacar a Marita por atrás: “La rodea y entran a forcejear; él tenía un cuchillo y le corta el cuello. Yo empiezo a pedir auxilio y a sacar a los chicos del lugar”, contó la testigo, agregando que María Eugenia le logra dar el botón antipánico para que lo active y pida ayuda. En ese momento había siete niños en el jardín.

Luego fue el turno de Rita Bonetto (52), enfermera en el dispensario de barrio Jardín. La testigo indicó que fue alertada por los gritos de la maestra que pedía ayuda y explicó que cuando fue hacia el jardín vio a Bongiovanni sobre Marita: “Lo vi arrodillado arriba de ella, la estaba matando”, recordó, asegurando que atinó a sacar el teléfono y pedir ayuda.

La tercera testigo fue la médica pediatra Ana María Magnoli (55), quien se encontraba esa mañana trabajando en el Centro Asistencia Primaria de la Salud que antecede a la sala del jardín.  “Sentí muchos gritos, uno de ellos desgarrador”, dijo, explicando luego que al llegar a la sala observó a Marita en el piso y a Bongiovanni sobre ella: “Le tiro una silla de las del jardín pero él no se mueve y continúa agrediéndola. Le arrojo otra y entonces se levanta y me mira. Ahí me di cuenta de lo que estaba haciendo y salgo corriendo para ayudar a meter a los chiquitos en el consultorio; pensaba que nos iba a matar”, declaró.

Las tres testigos coincidieron en que Bongiovanni salió caminando y limpiándose la sangre de las manos con su remera celeste: “Se fue caminando como si saliese de la verdulería”, graficó una de ellas.

Bongiovanni esperó para entrar al jardín

Desde la querella se consultó a las testigos si había algún hombre ese día en el centro vecinal. La respuesta fue sí, el médico ginecólogo que trabaja dos días a la semana en el dispensario. Pero termina su labor a las 11, por lo que no presenció el asesinato de la maestra jardinera.

Mónica Fassetta (50) llevó ese día a su hijo a la pediatra. Mientras esperaba ser atendida observó a Bongiovanni pasar dos veces frente a la puerta de vidrio antes de entrar. En ese momento, sostuvo la testigo, el médico ginecólogo se fue del lugar. A los pocos segundos, el autor del crimen ingresó al lugar y fue derecho hacia donde estaba su ex pareja: “Pensé que podía ser el papá de uno de los chiquitos, luego sentí los gritos y ayudé a esconder a los niños”, señaló.

Tres policías

Franco Corvalán (26), Adrián César (41) y Pablo Ríos (32), son tres policías que declararon este lunes. El primero estaba ese día de guardia en el CAP y fue el primero en llegar al jardín. El segundo fue quien detuvo a Bongiovanni en el ingreso de su domicilio luego del hecho, quien ratificó que el imputado no se resistió, que salió de su casa y se entregó diciendo: "Cometí una locura, me eché un moco". El tercero es quien operaba el sistema de botón antipánico, que confirmó que no se activó ese día. Cabe recordar, que la compañera de Marita sostuvo que cuando la víctima se lo dio, ella de los nervios apretó todos los botones. Sin embargo, no sonó.

Según su tío, el acusado pidió ayuda

Alberto Colombara (85), tío de Bongiovanni, fue uno de los primeros que llegó a la casa del acusado tras el hecho y según su declaración primaria en esa oportunidad vio el arma homicida manchada de sangre. En la sala, el hombre no pudo evitar quebrarse. Pese a ello indicó que su sobrino le pidió ayuda para contactar a un psiquiatra o psicólogo antes de la muerte de Lanzetti porque se encontraba “muy mal”.

Sigue este martes

La segunda audiencia del juicio está prevista para este martes desde las 9 de la mañana.