Hugo Gallo parece venir de una tarde tranquila de martes. Al menos eso muestra su rostro, su tono de voz cerca de las 19. Sin embargo, aunque al verlo no se note, se vistió de policía por un par de horas para ayudar a desbaratar a lo que se presume es una banda de estafadores que tratan de engañar a jubilados. Lo que quisieron hacer con él.

Mientras se hallaba sereno en la comodidad de su casa ubicada en zona céntrica, Gallo recibió un llamado telefónico alrededor de las 15.15, por parte de una mujer.

Voz femenina / Abuelo, hace toda la mañana que te llamo y no me atendés.

Gallo / ¿Quién habla? ¿Sos Lorena?

Voz femenina / Sí, Lorena… Estamos en el banco, ¿vos tenés plata?

Gallo / ¿Para qué la querés?

Voz femenina / Hay que cambiarla abuelo.

Gallo / Pero mirá la hora que es…

Voz femenina / No te hagas problema, acá te esperan.

Esta fue la primera parte de la charla mantenida, según contó Hugo. Con eso –agregó- le bastó para darse cuenta de que lo querían engañar. “Cuando me doy cuenta le digo que tengo dólares y le seguí la conversación. Quise hacerles pisar el palito. Yo además tomo una pastilla que me hace ir al baño seguido entonces le digo que tenía que ir y del otro lado me piden que no corte y vuelva. Ahí agarré el teléfono celular y avisé a la policía, que me dijo que les siga el juego”, narró a El Periódico.

Sigue la charla en el fijo

Voz femenina / ¿Cuántos dólares tenés?

Gallo / 10 mil.

Voz femenina / ¿Cómo son?

Gallo / No sé, tengo que verlos. Tienen una rayita.

Voz femenina / Decime el número de la serie.

El jubilado que evitó junto a la Policía una estafa: “Me duele lo que le hacen a la gente mayor”

La charla duró aproximadamente una hora. “Yo fui demorando la conversación, hablaba pausado, con una voz más de viejo y fui varias veces al baño”, recordó.

Luego, Gallo y la supuesta nieta quedaron que el dinero iba a ser entregado en la esquina de bulevar 9 de Julio y calle Córdoba, donde se encuentra la estación de servicios YPF.

El hombre, lejos de amedrentarse, agarró un ejemplar de El Periódico, que busca cada sábado en la panadería, lo puso en una bolsa de súper color verde simulando llevar el dinero y salió hacia el lugar convenido.

Cara a cara y detención

Gustavo López era el nombre que le dieron a Gallo. Con él se debía encontrar. El jubilado se calzó un gorro de lana negro y una campera gris para que este lo identifique en la calle.

“Él estaba por Córdoba, yo le dije que iba a vestido con una gorra y una campera gris. Yo lo veo a él en la esquina. Cuando cruzo, él también, en la estación me dice yo soy Gustavo López, vengo a buscar la plata”.

“¿Tenés el DNI para saber si sos López?”, le replicó. Inmediatamente, Gallo observó que un oficial de policía venía corriendo y le indicó al estafador: “Ese que viene ahí te va a dar la plata”.

En ese momento, aparecieron los policías, que armados redujeron al tal López. “La Policía actuó muy rápido y fue muy efectiva. En un momento me metí porque esta persona se resistía y le torcí el pie”, relató.

La maniobra no fue al azar, todo lo contrario, ya que Hugo es nada menos que uno de los pioneros en las artes marciales en San Francisco. También se destacó como instructor en defensa personal de la Policía, título que consiguió bajo la tutela del maestro Hitoshi Nishizaka, creador de la Federación Argentina de Judo (hoy CAJ).

“Tomé la decisión de meterme porque sé que todavía me puedo defender, tengo conocimiento de artes marciales y puedo hacer frente a cualquiera. Hice yudo, soy profesor, me dediqué a la defensa personal. Siempre y cuando no arriesgue a terceros me voy a involucrar”, afirmó este hombre con agallas.


Gallo explicó también que en su accionar sintió que defendió a los jubilados: “Me motivó a actuar porque me duele lo que le hacen a la gente mayor, es una lástima que pase esto en la Argentina. Me salió de acá”, señaló en el final de la charla marcándose con su mano izquierda el corazón.

Además de la detención en la que se vio involucrado Gallo, minutos más tarde cayó un cómplice en la esquina de bulevar 9 de Julio y Fleming. Además, la Policía buscaba a la mujer que hizo el llamado.

Los detenidos tienen 35 y 42 años, domiciliados en las localidades de La Puerta (Córdoba) y Esquina (Corrientes). El primero viviendo actualmente en barrio Acapulco (Josefina). Se conducían un auto Toyota Etios, de color gris, que fue secuestrado al igual que teléfonos celulares y dinero en efectivo.

Según fuentes policiales, estas personas serían parte de una banda de estafadores, posiblemente “gitanos” que también este martes por la mañana despojaron de 5 mil dólares a adulto mayor en La Francia.