A casi dos semanas del hecho que conmocionó a San Francisco y parte del país, con el caso de una mujer que profanó una tumba en el cementerio local y le cortó dos dedos a un cadáver, en un presunto “ritual por encargo”, la Justicia continúa la investigación para dilucidar la situación.

La causa continúa bajo la fiscalía de Oscar Gieco y busca establecer el móvil que llevó a la mujer de 36 años profanar la tumba de una fallecida de 93 y que hacía un mes se hallaba sepultada en una fosa al ras del piso.

Según fuentes judiciales, la mujer todavía no fue indagada debido a que continúa con un estado de depresión por lo que continúa con tratamiento psiquiátrico ambulatorio. Vale recordar que, tras el hecho, la imputada había sido internada en el área de salud de mental del Hospital Iturraspe. Recién la próxima semana se le practiquen las pericias psicológicas y psiquiátricas para determinar si fue consciente o no de sus actos.

Imputación y posible condena

Según había manifestado el propio Gieco a La Mañana de El Periódico, la mujer está imputando el delito de daño calificado, tras haber violentado el cajón de una mujer fallecida.

“Creemos que fue llevada al lugar por una creencia, tal vez de exorcismo, a través de un chamán colombiano, cosa que estamos tratando de chequear si todo es fidedigno”, explicó.

Sin embargo, para ello los peritos informáticos trabajan sobre el celular de la acusada para conocer sus últimos contactos y comunicaciones, y si este presunto chamán es o no real.

Por su imputación, la mujer, de apellido Benítez, podría recibir una pena que va desde los 3 meses a los 4 años de prisión, en caso de ser hallada culpable.

El hecho

Se produjo a las 0:10 del martes 6 de julio, cuando la Policía alertada por una situación sospechosa en el sector oeste del cementerio, entre el “Cementerio Don Orione” y el “Cementerio Ferroviario”.

Según información judicial, en el lugar, los agentes encontraron a una mujer arrodillada sobre una de las tumbas. También, detectaron tierra removida recientemente y la tapa de un féretro abierta, que revelaba el cadáver de una mujer, al cual le habían amputado los dos dedos índices de cada mano.

Durante el arresto, los policías secuestraron varios elementos que poseía la presunta profanadora: una tijera de podar, una pala de punta y un teléfono celular.