Que Mauro Bongiovanni es culpable del crimen de María Eugenia Lanzetti no está en discusión. La mató de manera salvaje frente a varias personas el 15 de abril del año pasado en la guardería maternal “Estrellitas Traviesas” de barrio Jardín, y así lo reconoció. Por eso lo que su defensa intenta debatir es la responsabilidad de sus actos: ¿sabía lo que hacía el día que apuñaló a Marita o es víctima de una enfermedad mental por la que no puede dirigir sus actos?

En el primer caso, la pena lo envía a la cárcel. En el segundo punto, se abre la posibilidad de que su reclusión se cumpla en un centro neuropsiquitátrico.

Papel de la defensa

Este último punto es lo que intentó demostrar desde el primer día el abogado defensor de Bongiovanni, Felipe Trucco. En la primera audiencia, el letrado pidió que se lo declare inimputable a su defendido. En esa oportunidad manifestó que Bongiovanni está mentalmente enfermo. “Cuando mata a su esposa se mata a sí mismo, no es un pillo que disfruta de lo hecho”, señaló. Luego se preguntó “cómo funcionó el sistema” en referencia a la Justicia, asegurando que desde el comienzo se lo trató como alguien sano cuando no lo era.

Este razonamiento, Trucco intentó ponerlo en práctica este miércoles en la tercera audiencia cuando declararon dos peritos de parte, solicitados por la defensa: el psiquiatra Diego Courel y la psicóloga Amalia Scaiola, con quienes estuvo reunido hasta bien pasada la medianoche del martes en un hotel céntrico afinando la estrategia.

El primero, de vasta experiencia en el campo psiquiátrico, aseguró que el homicida sufría una “depresión mayor" y que al momento del crimen "no pudo dirigir libremente sus actos". Señaló que Bongiovanni estaba enfermo, pero que no se lo trataba como tal. También cuestionó los tratamientos que recibió. La psicóloga Scaiola, luego, avaló esos dichos.

Desacreditación

El mismo miércoles, Trucco cuestionó duramente a un perito oficial llamado por la parte querellante. Se trata del psiquiatra Diego Cardo, del cuerpo médico forense del Poder Judicial de Córdoba, para quien Bongiovanni tenía "manejo y comprensión de sus actos".

El abogado defensor del homicida le cuestionó el tiempo que lleva como especialista en psiquiatría a Cardo, quien se desempeña en este ámbito hace 15 años, iniciándose como perito psicólogo y luego como especialista en psiquiatra. También la matrícula profesional del médico para ejercer en nuestra provincia, la cual habría obtenido en la fecha cercana a su actuación como perito en el caso Marita.

Cardo entendió que la conducta de Trucco buscaba desacreditar su informe. Luego intervino el tribunal, que frenó los intentos del abogado.

Algo similar ocurrió con el testimonio de Victor Monina el martes, psicólogo que coordina el equipo técnico de tribunales -además cumple tareas en el pabellón de Salud Mental del Iturraspe- y quien entrevistara a Bongiovanni la noche después del crimen. Este declaró en sala que el discurso del acusado en esa oportunidad “guardaba lógica y coherencia y no se observaba en ese momento un rasgo psicótico”.

Trucco cuestionó la legalidad del informe porque violaría el principio de defensa del imputado. Aparentemente el estudio era para determinar una internación –Bongiovanni fue llevado esa noche por la Policía-, por lo que no era una pericia judicial.

Viernes de definiciones

Bongiovanni está siendo juzgado por homicidio doblemente calificado por el vínculo y femicidio. El fiscal Víctor Pezzano dijo el lunes al leer los hechos por los que se acusa a Bongiovanni que la única pena prevista en el Código Penal es prisión perpetua, ya que considera que tenía plena y total consciencia de lo que hizo.

Las audiencias pasaron a un cuarto intermedio hasta el viernes, día en que probablemente se dicte la sentencia. Ahí se sabrá el destino de autor del crimen de Marita: cárcel o neuropsiquiátrico.