Pasión en dos ruedas: el origen del Classic Moto Club de San Francisco
Se trata de un grupo de vecinos fanáticos de las motos clásicas que también persiguen fines solidarios. Se organizaron a partir del reempadronamiento de sus 'máquinas' y se armó un grupo que crece día a día.
Un grupo de vecinos San Francisco y Frontera se organizaron para conformar un moto club, una institución sin fines de lucro con el objetivo de compartir la pasión por las motos antiguas (algunas no tanto) y a la vez participar en diferentes eventos sociales.
El grupo tiene un origen muy particular, muchos fanáticos de las motos antiguas se encontraban con la problemática de no poseer la documentación correspondiente. En ese marco, varios sanfrancisqueños se unieron para realizar un re empadronamiento (impulsado por el Gobierno nacional) y se dieron con la sorpresa de que eran un grupo numeroso de más de 70 personas de la ciudad y la región.
Allí surgió la idea de conformar el Classic Moto Club San Francisco. "Fue un gran paso para todos, para poder circular tranquilo. Después nos juntamos todos a comer y ahí decidimos por qué no hacer un club aquí en San Francisco, que no existía. El día 3 de marzo de 2023 se formó la primera Comisión que está compuesta por 12 hombres y 5 mujeres, ya tuvimos la presentación en la Municipalidad", comentó José Lencinas, su presidente.
El Club participa en distintos eventos de San Francisco y la región, además en cada motoencuentro se preocupan por impulsar campañas solidarias ya sea recolectando alimentos o sumándose a iniciativas como la campaña para ayudar a Mateo Bargas. “Hemos ayudado a otros chicos también, siempre vas a ver en nosotros el vínculo de la solidaridad. Para nosotros es un pasatiempos, es un club sin fines de lucro y si podemos ayudar por qué no hacerlo. Pronto tenemos pensado presentar la personalidad jurídica para realizar eventos, siempre eventos solidarios, como cada vez que nos juntamos que reunimos un alimento no perecedero o dinero para alguna campaña”, agregó Horacio Frattari, vicepresidente.
Un amor especial
La pasión por las motos antiguas casi siempre es heredada y los casos de Lencinas y de Frattari no son la excepción. “Nosotros empezamos porque queda la moto del abuelo, del padre y va pasando de generación en generación. Hay otros que de chico vieron que el padre trabajaba con esas motos entonces le agarran amor por eso y hay otros que por curiosidad van y compran una moto antigua. Yo, por ejemplo, tengo una moto del año 1948. Es una Royal Enfield 500, inglesa y es la única que hay acá en la zona, es un hobby, para desenchufarse de la tarea de todos los días”, explicó Lencinas.
“Yo tenía 14 años, mi hermano me regaló una Puma 125 y ahí empecé con las motos, hoy en día tengo 40 años, uno salía, viajaba, eran otras épocas, eran otros tiempos. Mi padre tenía una Gilera 200 que la había comprado 0 km en Córdoba y por la moto de él más me pegué, esa moto la heredé, ya mi padre no está más y le tengo un amor y un sentimiento especial, la moto ya no tiene valor, no tiene precio, no se va a vender porque no tiene un valor”, agregó.
“A la moto de mi padre la hicimos toda nueva y después la Royal 500 se la compré un amigo en Armstrong (Santa Fe) hace cinco años atrás, él ya le había hecho el motor y la caja nueva porque se va al motor por un lado y la caja por otro lado porque trabaja por medio de cadena y después se hizo todo nueva, pero siempre hay un detalle para hacerle, se trata de conservarla y lo importante es salir a disfrutarla. Hay personas que las tienen guardadas y en algún evento especial o muy rara vez la sacan de la habitación donde tienen guardada, uno trata de usarla, no todos los días, pero cuando tenemos un blanco siempre la usamos y cuando quieren arrancar -risas-”, comentó Lencinas.
Un ambiente sano y un legado
Por otro lado, Lencina también se refirió a la restauración como un proceso donde también se generan vínculos de amistad con personas de distintas partes del país. “Se va creando un ambiente sano, familiar. Nosotros cuando nos juntamos con las motos antiguas o por ahí con las motos nuevas va a la familia, prevalece mucho el compañerismo, entonces uno va haciendo amigos, después a lo mejor vos te vas de viaje a una ciudad turística y justo hay un chico que tiene una moto que es igual o parecida a la tuya y vos has tenido un diálogo por la venta de algún repuesto con él, entonces pasas a saludar u otra persona viene viajando y justo pasa por San Francisco, se subscribe esa unión que está buena, son culturas o formas de ser y de vivir”, señaló.
“Nuestro club está adherido a la Asociación que nuclea todos los clubes de motos de la República Argentina AAMAC (Asociación Argentina de Motocicletas Antiguas y Clásicas), hay uno en Rosario y otro en Córdoba capital, en el medio de eso el único es el de San Francisco”, comentaron.
Además, uno de los ‘sueños’ que persiguen es dejar el legado a sus familias. “Hoy en día nos juntamos, se junta el papá con el hijo, el papá con una moto antigua y el hijo también con una moto antigua, es nuestro sueño máximo quizás y también a lo que todos queremos llegar es tener una sede, un lugar propio donde poder hacer las reuniones, donde poder compartir charlas, almuerzos, cenas, como empezó el Sport Automóvil Club, aunque no creo que lleguemos a esas dimensiones, pero aunque sea algo chiquito para para tener una moto guardada o para hacer un taller comunitario, algo así en lo que más nos urge, un espacio para las futuras generaciones porque es una pasión que no se va a dejar de existir nunca, como los autos antiguos”, explicó Frattari
En ese marco, el club proyecta también un espacio para homenajear a los campeones de antaño que tiene y tuvo San Francisco. “Por ejemplo, en el caso de competición, a esa gente que ha logrado títulos nacionales o provinciales de la ciudad y que nunca nadie lo otorgó nada o nunca recibieron un homenaje, nunca recibieron una plaqueta, hacer una cena y llevarlos, son cosas que no son o no fueron reconocidas, entonces la idea es hacer eso también y acá en San Francisco hay muchas personas que han sido campeones”, indicó Frattari.
Por otro lado, el club también decidió incorporar motos de los años 80/90 y 2000 abriendo aún más la participación. De hecho, tienen una subcomisión de motos enduro a cargo de Franco Baroni y otra de motos de competición encabezada por Gustavo Francucci.
Lo que viene
El próximo encuentro será en diciembre donde planean un gran evento para recibir a amigos de Rosario, Córdoba y distintas partes del país. “Queremos que venga gente de la zona, de Rosario, de Santa Fe, de Córdoba porque ya hemos hablado con la gente del club Puma de Córdoba y ellos son un club muchísimo más grande que el nuestro con muchos años de antigüedad y queremos hacer un evento solidario bastante grande para los primeros días de diciembre. Nosotros generalmente a fin de año para esa fecha nos juntábamos para despedir el año unas 50 o 60 personas, así que de paso queremos hacer un encuentro”, cerraron.