Al igual que en todo el país, también en San Francisco Cáritas Diocesana cumple una tarea muy importante en asistencia a las comunidades más vulnerables y en la ayuda social con alimentos, ropa o útiles a personas que lo necesitan; además de numerosos emprendimientos laborales y educativos que son el sostén para muchas familias.

En la diócesis local, el sacerdote Gabriel Camusso es vicepresidente de Cáritas y es quien coordina la importante tarea de asistencia en los comedores en San Francisco, Devoto y Las Varillas, entre otros centros, como el caso de La Virgencita en barrio Parque. Solo en estos espacios alrededor de 370 personas reciben alimentos cada día, en desayunos, almuerzos o meriendas. A ellos se le suman otros puntos más pequeños establecidos en varias parroquias de la región.

Camusso confirmó que la demanda ha crecido aproximadamente un 20% en lo que es alimentos, por lo que deben estar muy organizados en cada parroquia o centro para dar respuesta, tanto en la gestión de donaciones como en la entrega de raciones. 

“Cada parroquia lo va manejando como puede de acuerdo a la donación que va recibiendo. Ahora estamos participando de algunos planes a nivel nacional, entonces tenemos posibilidad de llegar con mayor cantidad de productos a mayor cantidad de familias. En el comedor de La Virgencita, donde Cáritas tiene un plan de desayuno, almuerzo y merienda, están pasando unas trescientas personas diarias”, explicó.

“Tal vez la gran preocupación desde Cáritas Diocesana y que lo insistimos mucho en las parroquias es llegar a un sector de la sociedad que nos está costando mucho que son los jubilados. Aquellas personas que no tienen incorporadas la cultura del pedir. Nos duele mucho porque sabemos que hay pobreza, que hay necesidades pero por ahí ocultas. Aunque sabemos también de la buena disponibilidad de vecinos, de familiares que que siempre están ayudando. Hay muchísimos lugares donde de silenciosamente se llega a esos espacios”, advirtió

“Yo lo llamo un pudor a ir a pedir una ayuda, ese pudor que da justamente la cultur que nuestros abuelos tienen muy arraigada, distinta a la del tiempo presente donde hay todo un camino hecho de conseguir ayuda. A nuestros abuelos les cuesta muchísimo. Hay parroquias que salen en ayuda con medicamentos o trámites para que puedan conseguirlos”, agregó.

“Me sorprende concretamente en La Virgencita la capacidad de la gente de San Francisco para ser solidaria. Mucha gente acerca donaciones de todo tipo y hay que resaltarlo porque es algo que no aparece en los medios”, subrayó Camusso.

“Por ejemplo, esta semana nos donaron un cajón de pollo. Y así pueden ser kilos de harina, un cajón de tomate para salsa, 20 litros de leche con chocolate, 10 kilos de yerba o azúcar, o una caja de mermelada. Este tipo de donaciones vienen a ser un gran refuerzo para que nadie quede sin su merienda, su desayuno o almuerzos. Y quienes están allí prestando este servicio como en todas nuestras casas hacen este milagro desde la solidaridad”, detalló.

Compra de alimentos

En una noticia muy importante para la institución, el referente de Cáritas anticipó que gracias a un convenio que se mantiene desde hace varios años entre el Gobierno nacional, Cáritas y un programa de Naciones Unidas podrán recibir una mayor cantidad de alimentos que permitirá asistir al menos a unas 1.200 familias en los próximos tres meses.

“Hace un mes aproximadamente que a través de un convenio del Gobierno nacional con Cáritas Nacional, con un programa que se viene haciendo ya hace años que es un programa de las Naciones Unidas para el desarrollo nos ha generado la posibilidad de hacer una compra de alimentos para distribuir. Hemos pedido cotización en toda la diócesis hemos tratado de acercar lo mejor posible los precios para tener una mayor cantidad de posibilidad de ayuda y con esta compra que hemos recibido vamos a lograr llegar con más productos durante tres meses a 1.200 familias aproximadamente, lo que hace un una aproximación de seis mil personas. Nos va a dar una gran ayuda y estamos gestionando ante el Gobierno de la provincia un subsidio”, amplió el sacerdote.

Por último, Camusso contó sobre las posibilidades de colaborar con Cáritas no solo con donaciones, sino también con voluntariado. Por ejemplo, en un nuevo programa educativo de acompañamiento para enseñar a leer, escribir e interpretar. “Es un proyecto que se llama derecho a leer y a escribir, y se implementa de persona a persona. Es un adulto que acompaña. Muchos docentes jubilados están como voluntarios que acompañan a un niño o a un adulto de manera personalizada para que a través de una metodología que nos ha aportado Cáritas Nacional podamos ayudar a leer, a escribir y a interpretar. Esto necesita de voluntariado, necesita de un tiempo que puede ser tal vez una hora semanal y necesita de la buena disponibilidad del corazón. Está abierto a todos aquellos que nos congregamos en torno a la Iglesia o aquellos que están un poco más lejos, pero que tienen este espíritu solidario y de compromiso. Aquellos que quieran sumarse, está la invitación siempre abierta de acercarse a Cáritas”, finalizó.