Los gestos son de preocupación. En las palabras hay incertidumbre. En mucha gente existe frustración y desolación. La crisis económica y social que afecta al país, el aumento en el precio de los servicios, en el combustible y la comida golpearon fuertemente a la clase media y por ende también a las clases vulnerables. Y todo se refleja en un aumento en la demanda de asistencia alimentaria y de ayudas económicas, como también en materia de salud y habitacional.

En los merenderos, comedores comunitarios e instituciones solidarias de ayuda social se viven situaciones angustiantes y hasta desesperantes por parte de familias con muchísimas dificultades para “llenar la olla”. Y lo mismo se refleja en el área de Desarrollo Social de la Municipalidad, que debe aumentar la ayuda y organización.

“Estamos sobrepasados”, “no damos abasto”, “nos cuesta conseguir donaciones”, “los chicos vienen con hambre”, son algunas de las frases que se repiten en las organizaciones sociales consultadas que dan de comer a cientos de personas en San Francisco y Frontera.

Al respecto, Gonzalo Giuliano Albo, colaborador del merendero La Amistad reflejó la situación que atraviesan en medio de la crisis social y económica: “Estamos haciendo una olla semanal, dos cuando podemos. Atendemos a casi 150 personas y se entrega toda la comida, no queda nada en las ollas e inclusive llega gente que se va con su táper vacío, es muy difícil decirles que no queda”.

En medio de este panorama, el miércoles último, la organización social La Luciérnaga puso en marcha una olla popular para brindar alimentos a los asistentes y sus familias. “Lo que golpea más fuerte últimamente es el hambre. Los chicos que vienen acá por lo general comen en la escuela al mediodía, pero hay muchos que llega la noche y no cenan, y decidimos hacer algo ante esto”, dijeron dos colaboradoras.

Comenzaron entregando 60 raciones de fideos con salsa a las familias que asisten a la organización y piden donaciones a la comunidad para continuar con la iniciativa que, en principio, se entregará todos los miércoles.

Por la crisis, otro espacio abrió su olla popular: “Hay chicos que no comen a la noche”

En Desarrollo Social

"Comienza a venir al servicio mucha gente de clase media que empieza a estar empobrecida", advirtió Claudia Lenis, directora de la secretaría de Políticas Sociales de San Francisco.

Desde comienzos de año, 342 nuevas familias han solicitado el bolsón alimentario que entrega el municipio, en un claro reflejo del deterioro económico. "Estamos viendo tres cosas preocupantes: comienza a venir gente de clase media que empieza a estar empobrecida y está relacionado a una canasta básica que va aumentando; también el incremento de los alquileres y los altos costos en salud", explicó Lenis.

Para la funcionaria, esta situación actual le trajo reminiscencias de la crisis económica de la década de 1990 y 2000: “Trabajé en el Estado en los años ’90 y recuerdo muchas particularidades de lo que hoy estamos viviendo. Esta vuelta de una clase media que se empieza a empobrecer por estas variables económicas y que llega con pedido de ayuda al Estado”, insistió.

Lenis refirió que las personas que llegan al edificio de Desarrollo Social son, por ejemplo, casos de hombres que se han quedado sin trabajo, o mujeres a las que les han reducido horas laborales en casas particulares y familias a las que le han aumentado el alquiler, los servicios y el costo de los alimentos, entre otros casos.

“Empezamos a asistir a familias que no están acostumbradas al manejo del servicio público”, declaró.

Entre ellas, Lenis manifestó que recibió a personas con dificultades para costear medicamentos esenciales, y también ha recibido casos de pacientes oncológicos que no reciben la medicación en tiempo y forma. “En estos casos los ayudamos desde una cuestión asistencial, por ejemplo, tramitando un subsidio de salud y derivándolos a la secretaría correspondiente, pero la cuestión de medicamentos depende de la Nación”, aclaró.

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En este sentido, plantó su postura contra el enfoque del Gobierno nacional en materia de asistencia social: “El discurso de un presidente-por Milei- que en su momento marcaba una retirada del Estado entendiendo que, tal vez, la población se va a salvar por sus propios medios es una postura a la cual no adhiero para nada. Creo en un Estado que debe acompañar las distintas problemáticas responsablemente, pero pienso que esa retirada a nivel nacional fue demasiado abrupta”.

Aunque luego remarcó: “En San Francisco, la comunidad está armada por un gran tejido de instituciones y de organizaciones que van soportando estas situaciones ayudando y asistiendo. Pero empiezan a surgir preguntas: ¿hasta dónde? ¿hasta cuándo? ¿y qué nivel de resistencia tenemos para seguir sosteniendo esto?

Impacto múltiple

Lenis afirmó que el aumento de los alquileres, como en los servicios y en la canasta básica, ha tenido múltiples efectos negativos en la comunidad: “Estamos hablando de un incremento alevoso en alquileres sobre todo en mayo y para la gente trae aparejado muchas cosas. Por ejemplo, que pagan el alquiler pero no se van a alimentar como corresponde, esto ya está pasando”, advirtió.

La funcionaria subrayó la importancia de la colaboración con instituciones como Cáritas para enfrentar o tratar de amortiguar la crisis; al igual que con merenderos y comedores comunitarios. Según explicó, se los asiste con mercadería y, a partir de este año, con un recurso económico mensual. 

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Panorama desalentador

El equipo de la Secretaría que se desempeña en Desarrollo Social está compuesto por 14 personas, que desde el punto de vista de la funcionaria trabaja incansablemente para enfrentar las crecientes demandas de la población: "Hay mucho trabajo silencioso que no podemos dar a conocer porque estamos trabajando con cuestiones muy sensibles que tocan a la gente, que es la situación de la comida y la desesperación por tener un techo. Estamos planificando una mejora en la asistencia alimentaria hasta fin de año, pero no sabemos a dónde nos llevará esta crisis", concluyó.