Días atrás, la Secretaría de Prevención y Asistencia de las Adicciones, dependiente del Ministerio de Salud de la Provincia, lanzó una campaña de prevención por la celebración del “Último Primer Día” en jóvenes que cursan el último año del nivel secundario.

El último primer día de clases (UPD) es una celebración que se instauró hace unos años entre los adolescentes que comienzan el último año de secundaria y consiste generalmente en reunirse la noche anterior al inicio de clases, escuchar música y consumir alcohol, entre otras conductas potencialmente nocivas.

En ese marco, Darío Gigena Parker, secretario de Prevención y Asistencia de las Adicciones, brindó consejos en La Mañana de El Periódico por FM 97.1 dirigidos a los adultos referentes de crianza, y a autoridades de instituciones educativas, para evitar el consumo masivo de alcohol o de otras sustancias.

Último Primer Día: 5 consejos ante el consumo de alcohol u otras sustancias por parte de los jóvenes

Tras recordar que se trata de una especie de “ritual” que comenzó hace unos años en Mendoza y que luego se masificó a todo el país y a algunos países limítrofes, comentó que el mismo comenzó a extenderse hacia estudiante de otros años, más jóvenes: “Se trata de celebrar el último primer día del año de la secundaria. Empiezan a la tarde del día anterior al inicio de clases. Se reúnen en alguna casa y ahora hay locales también. Después hacen una suerte de peregrinación, en la que van todos juntos celebrando a la escuela”.

“Hay algo para destacar, que tiene que ver con que genera cohesión toda está preparación de las remeras, del cotillón. Pero hay mensajes también vinculados al consumo excesivo de alcohol lamentablemente idealizándolo, también es parte de la rebeldía adolescente. Y otros mensajes que tienen que ver con la amistad, con la unión, con ese momento único, con una etapa que pasa”, agregó Gigena Parker

Por ello sostuvo que el mensaje va dirigido fundamentalmente a las madres, los padres y a los adultos en general para “no llegar tarde” y “estar preparados”.

Entre las herramientas, aseguró que una principal es la comunicación: “Averiguar y aprender sobre este tema, hablar con otros padres y madres y con los docentes para ponerse de acuerdo sobre cómo actuar”.

También recomendó restringir el aporte de dinero, para que no se destine al alcohol, y tener cuidado al ofrecer la casa para llevar a cabo la reunión: "Tiene que haber un adulto todo el tiempo. Sé que muchos padres dicen que prefieren que el encuentro se haga en casa y no afuera pero lo que indica la investigación es que si vos lo permitís en tu casa, ese chico va a tomar más afuera porque se siente autorizado”.

Consecuencias del alcohol en la salud

Gigena Parker también dedicó un apartado a las consecuencias que genera el alcohol en la salud. En ese sentido, indicó que hasta los 18 años, no solo que el alcohol está prohibido sino que esa prohibición tiene una razón de ser. 

“El cerebro está en desarrollo, es muy nocivo para los chicos. El consumo de alcohol empieza en la adolescencia casi siempre y generalmente se dan consumos excesivos porque el cerebro tiene una respuesta diferencial en esa etapa de la vida, es decir, da un efecto más exaltador que cuando uno es más grande, porque el cerebro inmaduro responde de una manera más excitable al alcohol”, explicó.

Además, agregó: “Del mismo modo eso hace que puedan tomar más y pareciera tuvieran más resistencia luego de los primeros episodios donde la resistencia es baja. Se embriagan rápido y espectacularmente, para decirlo de alguna manera, es como muy notorio. Pero después pueden tomar mucho en poco tiempo. Y eso da la falsa percepción de que no hace daño y es extremadamente nocivo tanto para el aprendizaje, en el riesgos de consumir otras drogas y todas las consecuencias que ya sabemos. Todo esfuerzo que hagamos nunca va a ser en vano para protegerlos”.

Por último, también aseguró que las escuelas pueden tomar medidas: “Tienen pautas muy claras respecto a cómo actuar. Cada comunidad es diferente, pero están los grupos de WhatsApp de padres, docentes y directivos, los protocolos, si van a ofrecer desayunos para limitar el impacto, si van a impedir que el chico vaya al colegio. Todas esas cuestiones tienen que ver con regular, impedir y no favorecer el consumo de alcohol”.

Cinco recomendaciones

1. Abrir el diálogo de forma relajada, con conversaciones breves y distendidas, sin buscar “aleccionar”. Se sugiere implementar una comunicación efectiva, hablando en primera persona y con preguntas abiertas.

2. Aclarar en las charlas su posición respecto a los riesgos y los efectos del consumo de alcohol y otras drogas.  Anticipar las conductas aceptables, y explicitar qué consecuencias existen por no cumplirlas. Marcar límites y dejar en claro su postura es un acto de amor y cuidado.

3. Durante la conversación, es importante escuchar y dejar al adolescente hablar. Validar sus emociones y conocer su punto de vista les permitirá indagar en los riesgos, inquietudes y curiosidades. Este será el mejor camino para desarrollar la confianza mutua.

4. El o la referente debe ser ejemplo de las reglas y normas que establece. Es importante la coherencia entre lo que se dice y se hace.

5. Tomarse un momento para conocer el día a día del adolescente, no desde el lugar de “control invasivo”, sino desde el “control respetuoso” transmitiendo que nos importa y queremos saber cómo va a estar.

Vías de contacto

Si sos familiar o allegado de una persona en situación de consumo, podés solicitar un turno ingresando a la página web o por Whatsapp al 3513810583. Vale aclarar que los vecinos y vecinas pueden asistir a los espacios de la Secretaría de Prevención y Asistencia de las Adicciones  desde los 14 años de edad en adelante.