Sufrió la amputación de una pierna y necesita una prótesis para volver a trabajar
Se trata Miguel Funes, un vecino de Frontera que ve frustrado su futuro por la diabetes. Es albañil, no tiene obra social y necesita la prótesis para no depender de nadie. Su familia organizó una venta de locro para ayudarlo.
Miguel Funes (44), vecino de Frontera y de profesión albañil, sufrió hace poco más de un mes la amputación de su pierna derecha debido a complicaciones por la diabetes que padece. El hombre es sustento de su familia y se enfrenta a la desafiante tarea de retomar “una vida normal” y para ello necesita una costosa prótesis.
Su familia organizó el pasado domingo una venta de locro para recaudar fondos y poder financiar la prótesis que necesita. Sin embargo, el camino por delante es arduo y Funes necesita de la colaboración de la comunidad para retomar a una vida en la que pueda depender de sí mismo.
“El tema de la diabetes comenzó en 2002-le contó el hombre a El Periódico-, estaba trabajando en Cañada de Gómez, siempre me dediqué a la construcción, y un día trabajando me descompuse. Cuando desperté estaba en el hospital, me hicieron los estudios y saltó la enfermedad, diabetes grado 1”.
El hombre comenzó con un tratamiento con insulina aunque reconoce que descuidó su salud por los altos costos que le demandaban los controles diarios y los inyectables.
Su último accidente
Oriundo de Frontera, Funes forma parte de una familia de albañiles, su padre y su hermano mayor le enseñaron la profesión, e incluso tres de sus hijos lo son también.
Hace poco más de dos meses, Miguel tuvo un leve accidente en una obra donde trabajaba. Cierto día, se lesionó con un clavo en su pie derecho, pero como no sufrió tanto dolor, tomó unos antibióticos y continuó con su atareada labor de albañil en distintas construcciones.
“No me daba cuenta porque no tuve tenía síntomas. Sentí el dolor en ese momento, pero después nada. Pasó como un mes y empecé a tener fiebre que no sabía de dónde venía y mi pareja vio que al costado del pie tenía infectado. Fuimos al hospital -J.B. Iturraspe-, primero me dieron antibióticos y fue cosa de una semana que la infección me agarró todo el pie”, recordó.
Así llegó una primera intervención, en la que el cirujano, según cuenta el hombre, le dijo que debían amputar los cinco dedos de su pie derecho para limpiar la zona y tratar de evitar que la infección avance.
“A los cuatro días de la operación, cuando me van a ver la infección me había tomado hasta arriba del tobillo”, dijo tristemente.
Consultando a su familia y al cuerpo médico, y agobiado por la posibilidad de más operaciones, Miguel decidió que la mejor opción era acabar con aquella infección amputando hasta arriba de su rodilla derecha.
Semanas difíciles
Tras su última intervención, Miguel afronta un delicado estado emocional, aunque se encuentra con tratamiento psicológico desde el Hospital Iturraspe, donde también realiza la rehabilitación en su pierna.
“Las semanas siguientes a la operación fueron muy difíciles porque siempre fui una persona muy activa, iba y venía a las obras y de golpe sentirte que dependes de alguien, que ya no te podés manejar solo, son momentos muy feos. Además, que siempre dependí de mi trabajo”, sostuvo.
En este sentido, se esperanza en que “la prótesis me ayudar, no a tener una vida normal, porque hay cosas que yo no las voy a poder hacer, pero por ejemplo, podría volver con algunos trabajos, depender de mí mismo y por eso mi familia me está ayudando”.
Una primera venta
La familia Funes, no dispuesta a rendirse ante la adversidad, organizó una venta de locro con la esperanza de comenzar a recaudar fondos para hacer frente a la compra de una prótesis, aunque Miguel reconoce que será “un largo camino”.
“Son dos meses de rehabilitación que sí o sí lo tengo que hacer y después tratar de conseguir la prótesis, en el Hospital los kinesiólogos me hablan de un valor de más de un millón de pesos. Es muy caro para uno que es albañil, entonces estamos tratando de encontrar la forma”, aseguró.
Por su trabajo y sus años de jugar y dirigir fútbol, Miguel es conocido en su comunidad y en las canchas de fútbol amateur de San Francisco, y por ello la familia logró vender más de 400 porciones de locro.
Mientras tanto, se encuentra gestionando ante el municipio de Frontera una ayuda para poder adquirir la medicación que también necesita.
“Estoy agradecido con la gente que compró la porción de locro y con mi familia, todavía falta mucho para lograr comprar la prótesis y ya veremos cómo seguimos para organizar alguna nueva venta”, manifestó.
Las palabras del hombre encierran su firme determinación de superar los obstáculos y recuperar su independencia.
Para aquellas personas que quieran colaborar con él podrán contactarse a través de mensajes de Whatsapp al 3564 23 1773.