“Si tuviera la posibilidad de volver a nacer, volvería a ser enfermera, a trabajar por la solidaridad, porque las dos son cosas que te retribuyen energías para seguir hacia adelante. No en el sentido económico, es una retribución que llena el alma”, contó allá por febrero Rosana Romero (54), de profesión enfermera, que desde hace un tiempo es reconocida por su labor solidaria con las comunidades originarias de Tartagal, Salta.

Nacida en Devoto, Rosana estudió y se radicó en San Francisco donde formó su familia. Lleva 20 años desempeñándose como profesional en la Clínica de Especialidades “Dr. Enrique J. Carra” -también conocida como la Cruz Azul-, aunque tiene más de 25 trabajando al cuidado de los demás.

Por su madre Ester siguió el camino de la enfermería y por su padre Oscar, el de la solidaridad. El hombre fue vendedor de leña y viajaba al norte de Córdoba a buscar la madera, donde siempre llevaba donaciones para los niños que vivían en los grandes montes.

Está en pareja con Jorge Sánchez desde hace 20 años y tiene tres hijos. Gracias a su compañero de vida descubrió Tartagal, de donde es nacido Jorge, y en cierta ocasión en que la familia viajó a conocer esa humilde localidad salteña se encontró con una realidad desgarradora: la forma de vida de las comunidades originarias.

“Me causó mucha angustia ver niños y gente muy mayor tan desprotegida, sin calzado, sucios, sin posibilidades. Eso me llegó al alma. Sé que en San Francisco y Frontera hay gente que tiene necesidades, pero no extremas”, sostuvo. Y agregó: “En nuestra ciudad tenemos instituciones y organizaciones que trabajan muy bien cuando la gente los necesita, allá no tienen nada, parecen olvidados, dejados de lado”.

Tras ese viaje, la mujer se propuso hacer algo por aquellas “personas olvidadas” e “invisibles”. Se unió a la fundación Nietos de Tartagal y desde hace siete años colabora ininterrumpidamente realizando colectas y enviando ayuda.

Además, en el cierre del año, la Rosana fue distinguida como una de las personalidades del año por el proyecto Arquitectos Sociales, que lleva adelante la familia Muratore. 

Podés leer la historia completa en el siguiente enlace.